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Futuro económico

El plan económico de Lim en el Valencia va camino de la austeridad

Sin Europa y sin una nueva inyección del dueño, el club de Mestalla deberá poner en venta a los mejores activos de una plantilla ya devaluada

El plan económico de Lim en el Valencia va camino de la austeridad

El modelo de negocio trazado por Peter Lim para el Valencia se sostenía sobre una premisa que ha desparecido: la inalterable prosperidad deportiva representada en una continua participación en Liga de Campeones. Sin los 40 millones de euros previstos por la mayor competición continental, las cuentas solo salen a partir de dos vías de ingresos: una que ya se ha explotado al máximo, como la venta de futbolistas. La otra son los derechos de televisión, que con el nuevo convenio centralizado ascenderá esta campaña a 66 millones de euros. Una cifra que, con la irrelevancia de otros índices „la camiseta lleva tres años sin patrocinador principal„ representa casi el 70% de los ingresos totales de la entidad, que para esta temporada se han reducido a 95,9 millones de euros.

Con el equipo inmerso en la actualidad en la lucha por mantener la categoría, las perspectivas para el futuro no son halagüeñas, incluso en un escenario de permanencia en Primera. Con otra ausencia en Liga de Campeones, el Valencia se verá obligado a recortar de nuevo gastos, como reconoció la presidenta Layhoon Chan tras la última Junta de Accionistas, pero con una diferencia: el prestigio de su plantilla ha disminuido y que no se podrán obtener los 110 millones generados el pasado verano con las ventas de Mustafi, André Gomes o Paco Alcácer. Joao Cancelo, Diego Alves, Parejo o Gayà son los futbolistas de más caché.

La plantilla de la temporada 17/18 estará marcada por la precariedad, asumiendo la salida de varios de los principales activos. La próxima campaña cobra relevancia al ser la antesala de otra carga financiera, ya que a partir del 1 de julio de 2018 se deberá empezar a amortizar el préstamo de 155 millones de Bankia, y que, según se acordó en el proceso de venta, se prorrogará durante 12 años. Aproximadamente el Valencia deberá hacer frente a una suma anual de 23 millones de euros: 13 por la amortización del préstamo y otros 10 por el pago de intereses que se están llevando a cabo desde la entrada de Meriton como máximo accionista. El pago del crédito estrecharía más todavía el margen de maniobra para reforzar la primera plantilla.

Antes, en el futuro inmediato de la entidad, aparece otra contingencia, como la sanción de la Comisión Europea por la ilegalidad de las ayudas con la concesión del aval en 2009 por parte del Instituto Valenciano de Finanzas para que la Fundación del Valencia accediese al préstamo de 75 millones de Bankia, que le auparon a la propiedad del club. La cantidad asciende a 23,3 millones que, con independencia del fallo sobre el aplazamiento cautelar de su ejecución, ya han comprometido los planes del club para el presente mercado de invierno. De los 30 millones disponibles en septiembre en el fair play financiero, se han pasado a 4.

El Valencia tiene pendiente ver la evolución del PAI Porxinos, en Riba-roja: ha reclamado 45 millones (25 al ayuntamiento de Riba-roja de Túria y 20 a la Conselleria de Vivienda) por los supuestos perjuicios por su anulación. El club ha redactado el nuevo PAI y está a la espera del pronunciamiento de la declaración de impacto ambiental de Medio Ambiente, conselleria comandada por Compromís, y que con seguridad será contraria al PAI.

La única posibilidad de escapar de la austeridad pasa por dos alternativas, que Lim redoble su inversión o que se produzca una nueva inyección financiera a través de una venta de la mayoría accionarial. Dos supuestos a los que, de momento, Meriton da la espalda. Lim invirtió en el Valencia un total de 200 millones. Los primeros cien se destinaron para la compra del club, con un total de 72 avalados por Bankia a partir de garantías personales del empresario singapurés. Los otros cien millones corresponden al préstamo que Lim realizó al club y que capitalizó un año después para aumentar su inversión hasta el 83% del total del capital social.

Por otro lado, la propiedad tampoco podrá satisfacer una de las intenciones expuestas para convencer en su día a los patronos de la Fundación, la de rematar las obras del futuro estadio de Corts Valencianes antes de 2019 para el centenario del club. Con las obras paradas desde 2009, y con el solar de Mestalla sin comprador, el club tiene bloqueadas las vías para aumentar las ganancias por abonados, comercialización y publicidad.

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