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Opinión

Voro no es solo bonhomía

Voro no es solo bonhomía

Lleva tiempo el Valencia CF buscando un líder deportivo que ponga orden dentro del monumental caos del club arrastrado desde el pasado verano. Fracasó Prandelli en una huida hacia adelante al disparar sobre su propio vestuario. Y ahora que, por fin, surge la figura de un entrenador, Voro, capaz de recuperar el perfil de un equipo en el primer partido convincente de la temporada en 18 jornadas, el pasado domingo ante el Espanyol (2-1), el club parece dispuesto a torpedearlo con la venta de Parejo. La victoria ante el conjunto de Quique Flores no fue un partido cualquiera. Voro rompió una dinámica funesta. Recuperó la delicadísima red de confianza destruida por el técnico italiano. Y demostró que el Valencia no solo está preparado para sobrevivir. Puede ser algo más que sufrimiento en las 20 jornadas que quedan.

Lo ha logrado en poco tiempo y sometido a una presión asfixiante. Una serie de equilibrios dentro del equipo difíciles de conseguir y muy fáciles de destruir. En el centro del campo, por ejemplo. Por fin funcionó el triángulo entre Enzo Pérez, Parejo y Soler. La irrupción del joven centrocampista valenciano ha oxigenado a los otros dos veteranos. El propio Voro, al contrario que Prandelli, considera una pieza clave a Parejo, partícipe en los dos goles ante el Espanyol, presente en la mayoría de las acciones ofensivas del equipo de los últimos años.

El Sevilla merodea de nuevo en la compra del mediocampista de Coslada y el Valencia se deja querer sin apuntalar las prioridades. Si necesita desprenderse de jugadores, hay al menos cinco de la plantilla cuya marcha no supondría ningún quebranto deportivo: Abdennour, Bakkali, Fede, Ryan y Siqueira. En una entrevista en diario El País la semana pasada, Anil Murthy reconocía los dos grandes errores de la dirección del club bajo el manto de Peter Lim en Mestalla: considerar el Valencia como una empresa más y no haberle dado la importancia debida al apartado deportivo. Sería hurgar en esos errores la venta ahora de Parejo, urgido como está el equipo para huir del descenso.

Al final, los jugadores, más allá de ganar títulos, lo que necesitan es sentirse queridos. Es lo que ha hecho Voro con Parejo y con todos los demás. La primera reacción del técnico de L´Alcúdia tras ganar al Espanyol fue dedicarle la victoria a Rodrigo, lesionado de gravedad (fractura de tobillo) la semana anterior. Rodrigo no había estado afortunado en sus últimos choques con el Valencia.

Pero Voro dio prevalencia al factor humano. Por gestos así se ganan los técnicos al vestuario. No se trata solo de empatía y bonhomía. Voro destaca también por su inteligencia emocional en beneficio del grupo y de sí mismo. Sin especial ambición por ser entrenador porque prefería más calidad de vida como delegado, Voro asume la responsabilidad y tiene recursos para sacar adelante al equipo y al club. Está convencido. No lo molesten desde dentro.

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