«Ya lo verás, mi hijo juega con dos huevos... Perdona la vulgaridad, ¿eh?». Antonio Zaza, padre de Simone, la nueva referencia atacante del Valencia, describía con orgullo y de forma muy gráfica, en un corrillo con periodistas, la forma pasional con la que su hijo se toma el fútbol. Con carácter y temperamento, valores de los que los blanquinegros han ido bajo mínimos. Zaza (Metaponto, 1991) quiere recuperar en Mestalla el tiempo perdido en seis meses de niebla, lluvia y «pensamientos negativos» en el este de Londres, en el West Ham. Sufrió el contraste cultural de la Premier, «pero con este sol», recuerda el papá Antonio, «se va a sentir como en casa». La revancha del Valencia que quiere escapar del descenso será la del propio Zaza. La Juventus hizo oficial las cifras del fichaje: opción de compra por 16 millones si juega un mínimo de partidos (diez), más otros dos millones adicionales por cumplimiento de objetivos.

«Cuántos más goles, mejor», señalaba ayer Zaza cuando se le preguntaba por una cifra de tantos. El primer gol es el de su adaptación. Ayer se expresó con un muy meritorio castellano, que no ha aprendido en ninguna academia, sino con las largas charlas en Turín con su gran amigo Álvaro Morata, al que considera prácticamente un hermano. El delantero madridista, con quien compartió vestuario en la Juve, es una de tantas personas que le han animado a venir a Valencia. También le estimuló el exblanquinegro Emiliano Moretti en la selección, el propio Cesare Prandelli antes de dimitir.

«Tengo ganas de jugar aquí, no solo por seis meses. He dado muchas vueltas y pienso que aquí lo puedo hacer bien, me gusta la ciudad y la gente. Mi deseo es quedarme aquí», reconocía el atacante. La voluntad firme que ha mostrado el Valencia, ha pesado más que algunos vaivenes desconcertantes, como las dimisiones de Prandelli y García Pitarch: «Estoy muy feliz. Ha sido una negociación no muy rápida pero finalmente puedo estar aquí. Sabía del interés del Valencia de hace mucho tiempo y que Prandelli me quería. Cuando se fue entrenador, pensé que probablemente era una petición expresa suya pero después, esa misma noche, me llamó el Valencia diciendo que seguía confiando en mí».

La experiencia inglesa

Zaza, que se quedó maravillado con el «ambiente caliente» que vio en Mestalla contra el Espanyol, reflexionó sobre los últimos meses vividos en Londres, en los que no encontró ni el gol ni la felicidad: «Cuando me fui de la Juve era optimista, quería tener la experiencia de Inglaterra porque era un fútbol que me iba bien por mis características, pero empezó todo mal. Creo que la culpa fue mía porque no estaba bien mentalmente y era negativo por todo lo que me pasaba. Era una cultura muy diferente de la mía». El futbolista es consciente de la exigencia que acarrea su nuevo reto: «Sabía antes de fichar por el Valencia la situación del equipo, pero confío en los jugadores, en mí y en el entrenador, porque hay muchos jugadores buenos y creo que podemos hacerlo bien». Preguntado por si podrá jugar ante el Villarreal, Zaza reconoció que lleva un mes sin jugar pero que no ha perdido la forma, ya que ha seguido entrenando con el equipo reserva del West Ham.