El Valencia CF y el técnico italiano Cesare Prandelli siguen sin ponerse de acuerdo sobre el finiquito del entrenador dimitido el pasado 30 de diciembre. El club de Mestalla exige al exseleccionador italiano una indemnización millonaria por haber roto unilateralmente un contrato que se prolongaba desde octubre pasado, cuando llegó, hasta junio de 2018. Prandelli dimitió inesperadamente después de dos meses en el banquillo de Mestalla. Y se marchó acusando al club de incumplir sus promesas en materia de fichajes: «Me dijeron que Zaza estaba fichado y no lo estaba», señaló. Paradójicamente, el delantero italiano procedente de la Juve, de 25 años, acabó fichando por el Valencia un par de semanas después, cuando Prandelli ya se había ido y arrastró con su marcha unos días más tarde la dimisión del director deportivo, Suso García Pitarch.

Política de austeridad

El Valencia entiende que, de la misma manera que el club debe indemnizar a un técnico cuando lo destituye (casos de Nuno, Gary Neville y Pako Ayestarán desde la llegada de Peter Lim), el contrato también obliga a cumplirse por la otra parte, la del entrenador. Y en el caso de Prandelli se trata de un contrato millonario: más de 2,5 millones de euros limpios por temporada.

Ante la improbabilidad de clasificarse para competiciones europeasla próxima temporada, el Valencia aboga por el recorte de gasto en la plantilla (quiere reducir de 120 millones a 80 el coste anual de la misma) y en otros sectores de la entidad, también en el cuerpo técnico. Los sueldos más elevados corresponden a Parejo, Enzo Pérez, Negredo (cedido al Middlesbrough), Abdennour y Rodrigo.

La decisión de que siga Voro en el banquillo hasta final de campaña ya es un ahorro considerable. El técnico de L´Alcúdia sigue con su anterior sueldo de delegado, a la espera de una compensación al final del curso, sobre todo si, según parece, asegura la permanencia.

Voro, eso sí, ha pedido la incorporación a su equipo de Chema Sanz, que ha asumido las funciones de segundo entrenador y preparador físico; así como de Paco Camarasa, exdefensa internacional, como delegado. Como preparador de porteros continúa José Manuel Otxotorena, cuya presencia fue cuestionada con el fichaje en octubre de Prandelli, que quería traerse con él a un especialista de guardametas de su confianza: Giambattista Venturati.

Afortunadamente, el club ahí se mantuvo firme y mantuvo en su cargo a Otxotorena, figura reconocida en diferentes ámbitos del mundo del fútbol como la selección española, donde sigue colaborando ahora con Julen Lopetegui después de haber sido ayudante de Vicente del Bosque.

La presidenta, Layhoon Chan, está encantada con el trabajo de Voro, que suma, en sus dos fases al frente del equipo, cuatro victorias (Alavés, Leganés, Espanyol y Villarreal), un empate (Osasuna) y una derrota (Atlético de Madrid) frente a un expediente mucho más discreto de Prandelli: solo un triunfo en ocho jornadas de Liga (Sporting de Gijón en el Molinón).

El cuerpo técnico sigue ahí

Otro problema contractual que sigue arrastando el Valencia es la relación con el cuerpo técnico de Prandelli, que se negó a dimitir junto a su jefe. Los cinco colaboradores siguen cobrando del club, pero no van a trabajar cada día a Paterna a fin de no interferir en los entrenamientos de Voro, según un acuerdo con la entidad.

Los cinco colaboradores son Valter Vio, Niccolo Prandelli, Gabrielle Pin, Marco Fumagali y Renzo Ciulli. Dos de ellos son partidarios de llegar a un compromiso amistoso con la entidad mientras que tres son más beligerantes, según fuentes de la sociedad de Mestalla.