«Presiona, presiona», se escuchó desde el banquillo del Valencia. En el minuto 41 de partido Santi Mina se lanzó como un poseso sobre Sergio Asenjo, y el fallido intento de regate del portero del Villarreal desembocó en el 0-2 en el marcador. Mina se fue hacia el banquillo para abrazarse al guardameta Jaume. El portero valenciano juega cada partido como si fuera titular. Participa de cada acción y de cada jugada de sus compañeros. Y ante el Villarreal no fue una excepción. Santi Mina lo escuchó. Y le hizo caso. El Valencia lo agradeció.

Mina se ha ganado a pulso el apelativo de «pundonor». Suple la falta de exquisita calidad con un trabajo incansable dentro del campo. El delantero se vacía en cada partido. Y su trabajo se ha convertido en su mejor virtud. Voro lo tiene en cuenta. ch. o. valencia