Simone Zaza vive en examen diario. Cada partido es una reválida. El delantero italiano, de 25 años, está obligado a demostrar mucho en poco tiempo y parece preso de la ansiedad. Zaza ya lleva jugados parte de cuatro partidos, de los diez que obligan al Valencia a ejecutar la opción de compra del futbolista por 18 millones al Juventus. Y en 148 minutos no ha sido capaz de ver portería. Ante el Betis, Zaza salió al campo en la segunda parte (m. 64), y las urgencias por marcar fueron su peor aliado. Su aportación ofensiva resultó nula. Ahora, con la lesión de Santi Mina (esguince de rodilla, unas tres semanas de baja), tendrá, previsiblemente, más minutos.

El italiano es un ejemplo de sacrificio, lucha y entrega, pero no acaba de encontrarse a gusto en el equipo ni marcar su primer gol. No es solo una cuestión de que al jugador todavía le falta un punto de forma (venía de un largo perido sin apenas jugar en el West Ham), sino que aún se le ve en pleno proceso de adaptación.

En lo profesional, en el Valencia están contentos con el italiano. Es un tipo que cumple. Tiene ganas de demostrar y actúa como un profesional íntegro. Pero quizás su problema sea más futbolístico que otra cosa. Zaza es un delantero de brega, presión y lucha constante. Y su estilo contrasta con el del resto del once.

Ante el Betis, volvió a saltar al campo motivadísimo. A mil por hora. Y ese ímpetu le traicionó. Además de no evidenciar una armonía en su juego con respeto al resto del equipo, se le veía falta de capacidad asociativa con los compañeros, chocó una y otra vez con los defensas verdiblancos y contra el árbitro. Trujillo Suárez le mostró una cartulina amarilla y Zaza acabó enfadado con el mundo.

Su generosa lucha no tuvo premio ni recompensa. El italiano no marcó ni tampoco tuvo ocasiones claras para hacerlo. No fue un «nueve» de área al uso, y se movió por todas las zonas de la delantera sin encontrar su sitio ni la posición en la que hacer más daño al rival.

Quizás en los partidos de Mestalla es donde Voro le pueda sacar a Zaza su mejor partido. Ya ante el Villarreal tenía demasiado campo por delante para correr el contragolpe y ante el Betis sucedió algo parecido.

Por sus condiciones de rematador y por su buen golpeo de balón, lo más idóneo parece que es jugar cerca del área y cuando el Valencia disfruta de la posesión del balón. Sin embargo, ante el Eibar (0-4), desaprovechó una clarísima ocasión para hacerlo tras un mal remate de cabeza a un centro magnífico de Gayà.

La lesión de Mina le vuelve a abrir las puertas de la titularidad al italiano. Zaza ya llevará tiempo más que suficiente como para comenzar a mostrar algo de lo que lleva dentro. El italiano llegó a Mestalla con el cartel de jugador que se echa el equipo encima. Ante el Athletic tendrá una magnífica oportunidad.