Cuando el pasado 30 de diciembre, Cesare Prandelli anunció su sorprendente dimisión como técnico del Valencia, la presidenta Layhoon Chan convocó en un comité de crisis a Jesús García Pitarch y a José Ramón Alesanco para designar al nuevo entrenador. La primera opción de García Pitarch, que dimitió como director deportivo a los pocos días, fue la de Voro González. Alesanco, que ahora ostenta la responsabilidad de la planificación deportiva de forma interina, prefirió en cambio la opción de Curro Torres, preparador del Mestalla, finalmente descartada.
Aquella fue una de las últimas decisiones trascendentes tomadas en el Valencia. Desde entonces, y mientras Peter Lim espera a dar su aprobación personal definitiva a la instauración del nuevo organigrama, la parálisis se ha instaurado a la hora de tomar grandes decisiones en el club. En el mercado de invierno se desatascaron dos operaciones, la de Simone Zaza, que se arrastraba desde octubre, y se aprovechó la oportunidad del descarte de Orellana en el Celta. El resto de objetivos se quedaron en punto muerto, como sigue la planificación de la próxima temporada ante la ausencia de una firma ejecutiva en la dirección deportiva que deberá cristalizarse en las próximas horas, según ha ido informando la entidad.
En un club instalado en la provisionalidad, el debate en torno al banquillo sigue abierto. De momento, Voro González tiene el encargo de salvar al equipo hasta el 30 de junio. Curro Torres sigue con la ambición intacta de acceder al banquillo del primer equipo y falta por ver si Voro, tras su primera etapa de cierta estabilidad como técnico en Mestalla, ansía prolongar su carrera como entrenador o vuelve al puesto de delegado. Los planes del club influirán poderosamente en la postura del entrenador de l´Alcúdia.
De momento, el Valencia solo desvela intenciones respecto a la futura dirección deportiva, que debería estar ya perfilada después de las reuniones mantenidas por Layhoon en Singapur con Lim, en el mes en la que ha estado ausente de València. La idea es la de dotar de varios técnicos a una área dirigida por un profesional que, no necesariamente, tenga un carismático pasado vinculado como exjugador del club. La opción de la promoción interna de Vicente Rodríguez, es otra de las posibilidades.
Finiquito de García Pitarch
Por otro lado, con su dimisión del pasado 7 de enero, Jesús García Pitarch renunció al cobro de 600.000 euros, más bonus, cantidad que percibía anualmente. Su contrato como director deportivo expiraba el 30 de enero de 2018.
