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La Pizarra

Objetivo logrado

El Valencia se hace fuerte en Mestalla y se aleja del descenso a Segunda

Objetivo logrado

n El Valencia logró ayer la tercera victoria consecutiva como local. Fue el triunfo de la tranquilidad. Tres puntos que hablan bien a las claras de que el equipo se ha hecho fuerte en Mestalla, campo en el que el equipo de Voro ha logrado derrotar al Athletic, Real Madrid y al Leganés.

Con esta victoria, el Valencia aleja de forma definitiva el fantasma del descenso, y se encuentra en una zona cómoda, intermedia, desde la que afrontar lo que queda de temporada sin urgencias ni miedos.

Ayer, el partido no fue brillante. Más bien de poco fútbol. Pero lo importante era lograr la victoria tal y cómo se hizo. Sin apuros. Porque también el Valencia acusó las ausencias de jugadores importantes como Nani y Orellana, capaces de desequilibrar un partido con su calidad técnica individual. Estas son las claves del partido:

El Valencia tardó en entrar al partido en una noche fría

El Valencia tardó en entrar en el partido. El equipo de Voro encontraba demasiados problemas a la hora de imponer su fútbol en el centro del campo. No había buena circulación de balón porque, presionados los centrales, ni Enzo Pérez ni Carlos Soler ni Parejo, lograban encontrar el espacio libre para iniciar las jugadas. El Leganés, por su parte, acumulaba muchos jugadores en línea, por lo que si perdía un balón estaba muy desprotegido. Sin embargo, la presión que ejercía sobre los centrales, en concreto sobre Mangala, impedía el juego valencianista fuera ordenado desde su inicio. El Leganés realizó una buena presión alta y su fútbol táctico y ordenado fue destacable. Pero fue un equipo romo en ataque. Le falta un plus de calidad arriba. Aún así, la primera ocasión de gol que tuvo el Valencia fue muy clara. De Bakkali. Tras un rebote, el jugador belga desaprovechó de forma clamorosa una magnífica ocasión para inaugurar el marcador.

Sin embargo, todo cambió cuando apareció Parejo. Cada vez que Parejo se mostraba, y le ponía algo más de nervio a un partido frío como la noche de ayer en Mestalla, el Valencia mejoraba. El centrocampista tuvo que mostrarse y ofrecerse para que su equipo comenzara a cotizar al alza. Como cuando lanzó una falta directa previa al gol de Mangala tras el posterior saque de esquina. El defensa se benefició de un rechace y logró mandar el balón a la red tras una buena parada de Herrerín.

Parejo más atrás para tratar de dar mejor salida de balón

Con ventaja en el marcador, el Valencia trató de jugar de forma mucho más ordenada y sin prisa. Con tranquilidad. Cerrando los espacios al rival. El equipo quería conservar la renta y lograr el segundo gol para afrontar en la mejor disposición la segunda parte. Sin embargo, lejos de que el peligro sobre la portería del Leganés llegara a base de buen juego, eran las acciones a balón parado las que evidenciaban más peligro.

Voro movió a sus futbolistas, metió un poco más atrás a Parejo y lanzó a Carlos Soler hacia arriba, para que el equipo elaborara mejor desde su defensa hacia el centro del campo y la delantera. También la presencia del canterano en el área de Herrerín se dejó ver en un remate de cabeza tras una pugna con un central. Pero faltó fortuna. Al descanso se llegaría sin agobios. Con 1-0 en el marcador.

Control total del encuentro pero faltó el segundo tanto

En la segunda parte, el Valencia controló el partido desde su inicio. El conjunto de Voro era superior a su rival y lo demostraba en el campo. El Leganés no llevaba peligro sobre la portería de Diego Alves pese a estar necesitado de un gol para empatar. Conforme pasaron los minutos, daba la sensación de que estaba mucho más cerca de llegar el segundo tanto del Valencia antes que un empate. Faltaba el último pase. Y el gol. Además de la falta de pegada en ataque de los de Garitano, lo bien cierto es que la defensa valencianista también se mostraba mucho más sólida, gracias también al trabajo del centro del campo a la hora de impedir jugar al rival.

La expulsión de Martín acaba por sentenciar el encuentro

A falta de diez minutos para acabar el partido, el Leganés se quedó con diez futbolistas por expulsión de su capitán: Alberto Martín. Si ya era complicado que el conjunto madrileño lograra la igualada, con un hombre menos el empate se antojó imposible. Los minutos finales sirvieron para que Voro moviera el banquillo y diera entrada a los chavales como Lato o Nacho Gil.

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