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La ambición, al final

La ambición, al final

Mestalla esperaba la reacción que reclamaba Voro tras la debacle en el Calderón y más actitud de los jugadores ante el Sporting de Gijón. Era una partido para reafirmar la fortaleza que estaba mostrando el equipo en las últimas jornadas en casa y también tener una semana tranquila de Fallas ante la visita al Camp Nou. La necesidad de ganar era para los dos equipos. Por parte del Valencia, para contentar a la afición en esta temporada de vaivenes, por parte del Sporting, para salir de la zona en la que está situado.

Orellana, muy oscuro en su regreso a la mediapunta

El Valencia salía, a nivel táctico, buscando crear peligro en la banda derecha con un doble lateral y dos pivotes en el centro del campo ofensivos como Carlos Soler y Parejo. La novedad fue Munir, ayer por la izquierda, y Orellana que volvía a la posición de mediapunta tras dos jornadas escorado a la derecha o a la izquierda. Sólo en una ocasión al principio del partido tras un robo de Parejo, Orellana tuvo oportunidad de inaugurar el marcador. Después estuvo un poco oscuro en su labor en el centro. Por la derecha no se profundizaba en exceso y las ocasiones venían, sobre todo, por el buen trabajo de Gayà por la izquierda, cuyos centros no tuvieron el acierto de Zaza. El italiano estuvo, como siempre, muy voluntarioso, pero poco acertado de cara al gol. El Sporting buscaba el gol por su banda izquierda, con Canella y Burgui intentando hacer daño. Además, se vio un marcaje cercano de Cases sobre Parejo para intentar cortar el inicio del juego del Valencia, quien, durante la primera parte, estuvo bastante plano en la creación. Sólo hubo balones largos buscando a Zaza y las incursiones de Gayà. Los asturianos empezaron a creer en sus posibilidades y, poco antes del descanso,un remate de Vesga a la salida de un córner se marchó cerca del palo.

Del fallo de Orellana al gol del Sporting

En la segunda parte se produjeron los momentos decisivos del partido. El primero fue la arrancada de Orellana, en un despiste de vigilancia defensiva tras el saque de una falta. Cogió el balón en su campo y se fue como una bala hacia la portería del Sporting. Lo hizo todo bien, se cruzó por delante del defensa que no lo tocó para evitar la expulsión, pero su tiro se fue demasiado cruzado. La segunda cuestión clave fue el penalti fallado por el Valencia cometido sobre Gayà. Un especialista como Parejo lo falló ante el acierto de Cuéllar. El tercer momento decisivo fue el gol del Sporting en un jugada de contraataque que pilló desprevenida a la defensa valencianista. Burgui no controló bien, pero se rehízo bien en el área, regateó a la defensa, tiró y el rechace lo aprovechó Cop para hacer el 0-1. El otro instante trascendental fue el gol del empate, en un balón largo que trataron de rematar entre Zaza y Munir. Este último puso el balón fuera del alcance de Cuéllar.

La remontada estuvo cerca en los últimos minutos del duelo

En estos minutos finales fue cuando el Valencia puso toda la carne en el asador, toda la intensidad que reclamaba Voro durante la semana. Esa intensidad que debía haberse mantenido desde el inicio solo se vio en los últimos minutos. Voro hizo un cambio arriesgado dejando a tres centrales y sacando a Bakkali o jugando en punta con Zaza y Mina, con Orellana en la mediapunta. Eran minutos en los que se pensaba que el Valencia podía darle la vuelta al marcador, porque el Sporting, en esa zona complicada de la clasificación, en lugar de ir a por más goles, lo que quiso era mantener el punto, que para ellos les daba la vida. Esto provocó un mayor dominio del Valencia, que en los últimos minutos estuvo cerca de remontar.

Gayà fue el mejor del equipo

El equipo de Voro mantiene la distancia con le descenso, mucho mayor que cuando él cogió a la plantilla. El fantasma del descenso está alejado, pero queda la incertidumbre de la capacidad de estos jugadores para vencer a rivales que, en principio, deberían superar con facilidad. De ayer cabe destacar la actuación de Gayà, el mejor del equipo. Dio mucha profundidad al juego y recordó al Gayà de hace unos años, con buenos centros por la banda izquierda. Sin embargo, no se encontró rematador. Un poco decepcionante lo que aportó Orellana en la mediapunta. Aún así, si hubiera marcado en la jugada del segundo tiempo habría levantado al estadio. Los jugadores querían revertir los silbidos en el exterior y convertirlos en aplausos en el interior con un buen partido. Al final, quitando los últimos minutos en los que el equipo dio el todo por el todo, el Valencia mostró una imagen en la que parecía que todos iban en segunda marcha cuando el partido exigía ir en quinta.

El Valencia está más cómodo jugando al contragolpe

El Sporting, inmerso en una situación muy compleja, tuvo mucha posesión del balón. Algo difícil, sobre todo cuando tienes un rival como el Valencia enfrente. El Valencia no pudo dominar el encuentro, no supo marcar el ritmo del duelo y eso es preocupante. El equipo está más tranquilo jugando a la contra y dominar le cuesta. Eso es un aspecto del juego que se tiene que mejorar para las próximas semanas.

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