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La herencia de Layhoon

La herencia de Layhoon

Layhoon se marchó ayer fastidiada de la presidencia del Valencia CF, porque dijo sentir el club «como un hijo» con el que ha sufrido y ha disfrutado en estos dos años al frente de la entidad. No llegó a entender la complejidad del fútbol y la atropellaron algunas decisiones propias (las apuestas por Suso García Pitarch y por Ayestaran no la acompañaron) y otras ajenas (Lim trajo a Gary Neville y vendió a Paco Alcácer en contra de la palabra de la presidenta ante 1.000 peñistas). Por otro lado, la llegada de Mateu Alemany la colocaba en una posición incómoda pues su marco de acción quedaba jibarizado por el ejecutivo mallorquín. Layhoon Chan es una mujer de personalidad y sensibilidad social como se ha manifestado, por ejemplo, en el equipo de fútbol femenino, nunca tan atendido como bajo su mandato. Ojalá esa parte quede consolidada. La mayoría de los 400 empleados del club la han respetado y se han sentido respetados por ella. La sucesión, precisamente, se anuncia ahora y no al final de temporada, por una razón interna. El próximo presidente, Anil Murthy, quiere un aterrizaje suave ante un verano previsiblemente convulso, con una reducción drástica del presupuesto, la multa de la Unión Europea a la vuelta de la esquina, y muchas decisiones difíciles en la confección de la plantilla.

Anil no pudo concretar ayer nada en una rueda de prensa vacía de contenido porque no deja de ser un presidente in pectore, sin poder efectivo. No era el momento de explicar quién será el próximo entrenador, cuándo se empezarán las obras del nuevo estadio y cuánto habrá que ajustar el próximo presupuesto. Pero la hinchada necesita saber para creer en un proyecto que, a menudo, suena demasiado hueco.

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