P ¿Ha digerido ya la emoción del gol?

R Ha sido un partido muy emocionante, muy especial para mí, pero para toda la ciudad de València y todo el fútbol femenino. Hemos disfrutado mucho. Después de perder el derbi de la primera vuelta que perdimos (2-1), teníamos las ideas muy claras y hemos salido a por todas. Teníamos muy planificado el encuentro. La afición ha estado espectacular. Nunca he vivido algo así.

P Su padre, Vicent, estaba literalmente llorando después del encuentro.

R Mi padre es valencianista de toda la vida. Mi abuelo, que murió después de ver un partido del Valencia, lo llevaba a Mestalla desde que era un niño. Esa pasión me la transmitió a mí. Imagínate cómo ha sido ver marcar un gol a su hija en el campo. Yo he cumplido mi sueño, pero sobre todo he cumplido el suyo. Los dos hemos llorado con mi gol.

P ¿Cuántas cosas le han pasado por la cabeza en el momento del gol?

R No he podido pensar nada en ese momento. No he pensado, he actuado. Lo he hecho como me ha salido del corazón, como lo habría hecho mi abuelo. He besado el escudo porque el Valencia lo llevo muy dentro de mi corazón, lo besaría mil veces más. Este derbi me ha hecho vivir el mejor momento de mi vida. Nunca lo olvidaré, pero nunca, nunca, nunca.

P Ha ansiado ese gol toda una vida. ¿Tenía pensada alguna celebración?

R El caso es que llevaba dos noches pensando con que podía marcar y tener posibilidades de jugar. Porque yo ya soy feliz simplemente jugando, que soy una jugadora canterana. Lo había soñado tan fuerte, que el deseo se ha acabado por cumplir. Cuando me he serenado tras marcar, he recordado cuando empecé a jugar en el Torrent, de lo rápido que he crecido yo y también el fútbol femenino.

P ¿Cómo ha evolucionado el fútbol femenino desde que es jugadora?

R Cuando empecé en Torrent casi no teníamos fisios. Cuando fiché por el Valencia y jugábamos en Beniferri, no venían a vernos ni cien personas. El fútbol femenino estaba escondido. Eso me ha venido a la mente tras marcar. De ahí toda esa rabia y alegría en la celebración.

P ¿Cómo ha sido jugar en Mestalla, tras ser tantos años sólo espectadora?

R Yo siempre he aspirado a jugar en Mestalla. Para mí era el «top» de los deseos. Ya me emocioné cuando nos dijeron que jugaríamos el derbi en el estadio, en una charla en el gimnasio, antes de un entrenamiento. Desde ese momento, y faltando más de mes y medio para el partido, se me ha puesto la piel de gallina cada vez que pensaba en el derbi. Siempre que me llevaban a Mestalla, me extrañaba ver a jugadores que hacían mala cara. Y yo pensaba «pero tío, lo que daría yo por estar ahí abajo y poder jugar». Y lo he hecho, y con 17.000 personas delante, viéndonos.

P ¿Qué diferencia al fútbol femenino del masculino?

R El fútbol ha sido durante demasiado tiempo solo masculino. Ahora los patrocinadores empiezan a apostar, los clubes se están abriendo, los aficionados se están enganchando. Yo creo que emociona ver cómo gente común nos dedicamos a esto y lo hagamos por puro corazón. Porque eso es lo que somos, gente común. Yo, por ejemplo, entreno y estudio Periodismo. Esas ganas, luchas y amor es lo que engancha. No nos dedicamos a esto por dinero o por salir en la prensa y ser famosos. No queremos ser estrellas, nos gusta el fútbol por corazón.

P La pasión de las mujeres futbolistas es pura, no hay mercantilismo.

R Para nosotras, el fútbol es solo una forma de ser felices. Por eso jugamos y lo hacemos con tanta alegría, aunque sepamos que, de momento, no nos podemos ganar la vida con esto. Y creo que hacemos felices a la gente. En el derbi así lo vi.

P Después de un punto de inflexión como el de Mestalla, ¿qué deparará el futuro?

R El impacto es positivo. Es difícil mantener esa asistencia, pero es evidente que hemos enganchado a la gente. Mestalla ha visto que el fútbol no solo es masculino, y que las chicas sabemos jugar muy bien y disfrutamos haciéndolo. Estamos creciendo a pasos agigantados y muchos equipos empiezan a profesionalizarse. El Valencia está en ese camino. En un futuro nos podemos acercar al nivel del fútbol masculino. Y será porque nos lo hemos ganado nosotras.

P ¿Qué barreras debe tumbar el fútbol femenino, pese a su crecimiento?

R Es primordial que la gente venga a vernos. Ese es el factor que puede cambiarlo todo y que hará que los clubes todavía se interesen más. Cuando nos hemos movido, y el Barça ha ido al Mini en la Champions, se ha abierto el Calderón, Orriols, Tenerife... la evolución ha venido sola. Y vendrá más dinero, más jugadoras extranjeras de calidad.

P Después de marcar en Mestalla, ¿qué sueños le quedan por cumplir?

R Muchos todavía. Primero volver a jugar en Mestalla, no me cansaría nunca. Por supuesto, ganar títulos y, si pueden ser con Mestalla de escenario, mejor. Y retirarme vistiendo los colores del Valencia.