Ya en la puerta de salida del banquillo del Valencia, Voro deja un legado muy valioso en las figuras de Carlos Soler (20 años) y de Lato (19), futbolistas de una pieza. Ambos mostraron ayer una personalidad arrolladora en su debú en el Bernabéu. Y pusieron, junto a la clase infinita de Parejo, contra al cuerdas a un nervioso Real Madrid, que solo reaccionó al final con un derechazo salvador del siempre imprevisible Marcelo. Dio rabia en el valencianismo quedarse tan cerca, si bien defender al Madrid los cinco inutos finales son todo un mundo, sobre todo en el Bernabéu.

Si Lim aprueba finalmente la llegada a la caseta de Quique Setién, tal y como pretende Alesanco, el entrenador cántabro estará muy agradecido a Voro por haberle dejado ya listos a dos jóvenes de un recorrido extraordinario, además de haber recuperado a otro apestado en diciembre, Parejo, y que hoy, si quieres venderlo, está muy revalorizado; y si te lo quedas, es de los mejores centrocampistas de la Liga. En todo caso, si lo traspasas, ¿dónde vas a encontrar y por cuánto un jugadorazo como él?

Gil Manzano comenzó a decantar el choque con el gatillo muy rápido al amonestar a Parejo y después a Toni Lato. El Valencia jugó con soltura al contragolpe, aunque sin precisión en los últimos metros. Tanto Carlos Soler como Lato mostraron consistencia en su estreno en Chamartín. Justo lo contrario de Orellana, con imprecisiones propias de un juvenil. El conjunto de Voro se defendió con orden y concierto salvo en el centro de Carvajal cabeceado implacable por Cristiano ante el despiste en el marcaje de Garay.

La segunda parte comenzó con unos quiebros de Benzema a Garay y un tiro del francés al poste. Sin que saliera la pelota, Modric la protegía de espaldas a la portería y Parejo fue a encimarlo con un ligero agarrón que uno de los ayudantes de Gil Manzano convirtió en penalti. El lanzamiento de Cristiano lo adivinó Diego Alves estirándose a su costado izquierdo, un paradón que mantenía el Valencia en el partido (su sexto penalti detenido esta campaña). Regresó Rodrigo tras la grave lesión de tobillo y su primera intervención fue un remate de cabeza desviado a un excelente pase desde la medular de Garay. El Madrid estaba muy alterado, el Valencia necesitaba un revulsivo en ataque, pero en el banquillo, sancionado Zaza, no había ninguno. Una vez más, de manifiesto, la pésima planificación de la plantilla.

Sexto penalti detenido por Alves

El valiente y decidido Lato se llevó un golpe terrible contra el poste al ser arrollado por Cristiano, que perseguía un centro desde la izquierda de Asensio. Manzano le perdonó la segunda amarilla a Casemiro por una dura entrada a Orellana. Y más tarde otra tarjeta a Cristiano por desplazar el balón.

Eso fue cuando ya había empatado Parejo. El gol fue mayúsculo. Una falta sobre Orellana esquinada al ángulo izquierdo del ataque. Parejo se tomó su tiempo, respiró hondo y enroscó el balón justo por encima de la altísima zaga blanca, que saltó en bloque, sin rechazar la pelota en dirección a la escuadra de Keylor Navas. El Valencia quiso defenderse sin más y Voro retiró a Lato por Gayà. Por ese lado inició Morata la jugada definitiva. Cambió a la izquierda y allí Marcelo, más ágil que Montoya y Munir, envió un derechazo al palo largo de Diego Alves. El Valencia se quedó con las ganas de ser juez de la Liga, pero al menos envió un mensaje positivo sobre su futuro. Hay partido para Setién.