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Análisis

Voro debería estar al tanto

El club no hace partícipe al técnico del proyecto deportivo ?Lo mantiene en vilo hasta final de curso

Voro debería estar al tanto

La consideración y el respeto pregonados por el Valencia CF hacia Voro por los servicios prestados, sacar al equipo de la pesadilla de las pasadas Navidades, deberían haber sido reflejados en hechos.

Y el fundamental habría sido explicarle el plan de ruta de la dirección deportiva de cara a las próximas temporadas puesto que Voro es, como dicen desde el club, «un capital que no se puede desaprovechar». Era lo mínimo: haberle hecho partícipe de un proyecto del que él ha sentado las bases en estos cuatro meses en el banquillo con la consolidación de dos jugadores de cantera para largo (Carlos Soler y Lato) y la recuperación de un futbolista de los que hay muy pocos en el mercado (Parejo).

Sin embargo, nadie le ha comunicado nada a Voro, manteniéndolo en vilo hasta el último partido. Como si estuviera examinándolo hasta el último día. Como si nadie se atreviera a decirle la verdad de que no va a seguir en el banquillo. Es una falta de respeto con alguien que no ha presionado para seguir como entrenador (aunque lo deseara) y tampoco habría puesto trabas (ni hubiera sido indiscreto) para facilitar el tránsito hacia un nuevo técnico.

La decisión de fichar a Quique Setién como nuevo entrenador es coherente con el criterio del director deportivo, José Ramón Alesanco, y debería ser firme más allá de los resultados de Las Palmas en la segunda vuelta. El director general, Mateu Alemany, tiene que ir adelante con la propuesta de su director deportivo por encima de los caprichos del dueño, Peter Lim, tan dañinos en el vestuario de los últimos años (desde Nuno a Gary Neville). Son criterios futbolísticos y los dos altos cargos deberían defenderlos con determinación si no quieren que sus puestos sean tan prescindibles como el de sus antecesores.

Líderes de 20 años

La excelente noticia de ver a Carlos Soler y Lato dando la cara el sábado en el Bernabéu esconde, a su vez, la tristeza de que el equipo ha ido vaciándose de liderazgo en los últimos años. Lo hubieron de asumir un par de chavales de 20 (Carlos Soler) y de 19 años (Lato) con apenas un puñado de partidos en Primera.

Para la memoria valencianista quedarán las educadas protestas de Carlos Soler al árbitro, Gil Manzano, por la distinta vara de medir con las tarjetas (en efecto, es un misterio lo de Casemiro y las expulsiones, como advirtió Dani García, el mediocentro del Eibar). Y también se recordará la fiereza de Lato para defender a Cristiano, siendo incluso embestido por el portugués en un choque de ambos contra el poste del que la cámara de la televisión solo se preocupó, en un principio, del daño sufrido por el delantero blanco.

Debajo había una personita aplastada entre el peso de Cristiano y el trompazo contra el poste izquierdo de la portería valencianista. Lato aguantó casi todo el encuentro como un jabato, con una tarjeta amarilla desde la primera parte, y solo pidió el cambio a falta de cinco minutos al estar aturdido por el golpe contra el palo. Por encima de lo futbolístico, el último duelo en Chamartín ha hecho al valencianismo sentirse orgulloso de sus dos jóvenes talentos, como si, a partir de ellos, pudiera reconstruirse todo.

La salida de Nani

La marcha parsimoniosa de Nani tras ser sustituido por Voro y con el 1-0 en el marcador, tiene que ver con su enfado por haber participado poco en la segunda parte. Y con un ego inflado, claro. Justo lo contrario de los valores instalados por Voro y abanderados con el entusiasmo de Carlos Soler y Lato un sábado para el recuerdo en el Bernabéu.

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