El objetivo del ascenso se le pone cuesta arriba al Mestalleta. El Albacete, rival con un poso más robusto y contundente, gana ventaja en la final con el 0-1 de la ida. El equipo de Curro Torres fue sobrado de voluntad, ante los 23.000 espectadores que se congregaron en Mestalla, pero pecó de precipitación. Las ganas de hacer historia se tradujeron en ansiedad en un escenario demasiado crispado, con incidencia arbitral. Queda la vuelta y, si algo ha demostrado el Mestalla, es que se deja la vida hasta el 95. A veces sin suerte, pero nunca regatea un esfuerzo.

El Mestalla-Albacete se jugó sin tregua desde el mismo silbatazo inicial. Con una entrada excepcional pese al bochorno y un ambiente muy ruidoso, con las dos aficiones muy implicadas en la animación de dos equipos alineados rebosantes de ambición, alineados del 1 al 11. Una final sin filtros, de las de siempre. Al Mestalla le sorprendió la agresiva salida del Albacete, con dentelladas en la presión y voluntad de juego directo, de mostrar rápido una presencia invasiva, el anticipo de una tarde incómoda. En cada disputa y balón dividido, siempre saltaba una fricción.

Ante el porte veterano y más expeditivo de su rival, el Mestalla intentó la réplica con la habilidad Alberto Gil y Nacho Gil por bandas, pero todos los balones hacia Rafa Mir parecían telegrafiados, demasiados previsibles. De una pillería, en el 19, llegó la ocasión más clara del Mestalla. Saque rápido de una falta y balón a Nacho Gil, que esquiva con quiebros eléctricos a todo aquel que le sale al paso. El remate, con la zurda, sin embargo los escora demasiado al palo corto, y se estrella en el exterior de la red.

El fragor era tan alto que en el minuto 21, con 30 grados y ni una sola brisa, el colegiado Pérez Muley decretó una pausa para que los jugadores se refrescaran en la banda. La sensación de peligro real era más del Albacete. En el 28, un centro desde la izquierda de Fran fue rematado de primeras por Gila, batiendo a Sivera. "Sí se puede!", rugía la numerosa hinchada visitante.

Con el 0-1, el Albacete bajó una velocidad para conservar la renta hasta el descanso y el Mestalla pudo tocar más el balón en campo rival. Entró en acción Quim, largamente añorado, y de una combinación suya nació la jugada que Rafa Mir, en el 38, remataría duro, pero demasiado centrado, despejando Nadal con dificultades.

Este Mestalla va sobrado de convicción, la que le transmite a gritos Curro Torres desde la banda. El técnico buscó el juego más directo con la entrada tras el descanso de Aridai, atacante más resolutivo, de los que siempre mira a portería. El canario fue el primero en intentarlo, en el 48. Fue la antesala de la doble ocasión de Rafa Mir y Quim en el 51. Mestalla, el estadio, entraba de forma decidida en la eliminatoria con un ambiente ensordecedor.

El cansancio por todo el derroche de fuerzas intervino en el último tercio, cuando se necesitaba que el empuje del Mestalla fuera más incisivo. Curro dio entrada a Jordi Sánchez para intentar paliar el número cada vez más creciente de imprecisiones en el pase. Le quedarían todavía cartas a los blanquinegros. Toni Lato enfiló en el 75 la izquierda para medir un pase raso a la entrada de Nacho Gil, que remató excesivamente alto. De las gambetas del habilidoso extremo nacerían los últimos intentos mestallistas. Con un ambiente demasiado tenso, Cifu, el último jugador de refresco, tuvo la suya en el descuento, antes de que Sivera apareciera de nuevo como salvador en una contra manchega.

Mestalla: Sivera; Nacho Vidal, Charlie, Zotko, Toni Lato; Grego, Eugeni (Cifu min. 84), Quim Araujo, Nacho Gil, Alberto Gil (Aridai min. 46), Rafa Mir (Jordi Sánchez min. 65).

Albacete: Nadal; Arroyo, Noblejas (Galas min. 55), Carlos Delgado, Gaffor; Gálvez, Sánchez (Josan min. 65), Rovirola; Aridane, Gila y Fran (Hernández min. 81).

Goles: 0-1 min. 28 Gila.

Árbitro: Pérez Muley. Amonestó a Alberto Gil, Nacho Gil, Carlos Delgado, Gálvez, Zotko, Josan.

Incidencias: 23.000 espectadores en Mestalla, con gran presencia de seguidores del Albacete.