Todo derbi dicta sus propias leyes. Factores como el historial, palmarés, presupuesto o la masa social de cada club no son decisivos en los enfrentamientos directos entre Valencia y Levante. El club de Mestalla, siempre favorito en cada entrega por su mayor potencial, no ha impuesto de manera destacada tal condición en las estadísticas acumuladas de una rivalidad que empieza a ganar en tradición moderna, y no solo en romanticismo arqueológico, con la consolidación «granota» en Primera en el siglo XXI. De 22 partidos, los valencianistas han ganado 10, por 5 empates y 7 victorias, todas como local, de los «granotes».

El factor cancha es el que manda, de momento. La igualdad ha impedido hasta la fecha el pleno de puntos en ninguno de los dos conjuntos. Solo en tres ocasiones el conjunto visitante logró salir vencedor. Fue el Valencia en los cursos 2007/08, 20010/11 y 2011/12. Por contra, los levantinistas han recortado terreno en las últimas comparecencias, con cuatro victorias seguidas en el Ciutat de València. Una tendencia que iguala la mejor racha como local de la historia del derbi, con los cuatro triunfos del Valencia, repartidos en dos épocas, en los años 1963, 1964, 2005 y 2007. La mayor autoridad azulgrana coincide con su etapa de mayor estabilidad en la elite, con seis temporadas seguidas en la máxima categoría. Y también se explica desde otro argumento, más ambiental y eufórico. El derbi es, sin lugar a dudas, el partido del año para el levantinismo. Se afronta con una motivación colectiva de día grande, mucho mayor de la que ha exhibido el Valencia en los últimos precedentes. La imagen de los valencianistas en las derrotas por 1-0, 2-0, 2-1 y 1-0 fue la de un equipo frágil, sin estar concienciado de toda la repercusión extrafutbolística que encerraba el encuentro.

Menos distancia blanquinegra

En la actitud del Valencia ha influido que la rivalidad no se siente de igual manera en el lado «xoto». En Mestalla no se aprecia al Levante UD como un enemigo acérrimo, del que se festejan sus ocasionales desgracias. De hecho, algunos cánticos desde sectores de animación muy concretos han sido contestados con la reprobación del resto del estadio valencianista. No obstante, el grado de desapasionamiento en la afición se ha ido reduciendo en los últimos tiempos. Sobre todo, por el orgullo tocado de los cuatro tropiezos consecutivos. Por mucho que el Levante UD no haya sido capaz de vencer nunca en Mestalla (la última victoria oficial «granota» se remonta al Superregional de 1937), al valencianismo le duele que la última alegría en Orriols se remonte al año 2011, con el 0-2 de los goles de Jordi Alba y Tino Costa. La garantía de competir se ha recuperado con la exigencia máxima impuesta por Marcelino García Toral.

Villa, Guillot y Feghouli, pichichis

Donde mayor distancia aventaja el Valencia es en el cómputo goleador. Los blanquinegros han marcado 35 goles, por 21 el Levante UD, un registro que se justifica con los holgados marcadores de algunas victorias valencianistas (1-5, y tres 3-0). En el apartado de goleadores, David Villa, Sofiane Feghouli y Vicent Guillot son los pichichis con tres tantos. De los 19 levantinistas que han visto puerta en los derbis, solo dos futbolistas lo han logrado por partida doble. Mustaphá Riga, en el triunfo por 4-2 en 2007, y Domínguez en los 60.