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Entrevista

Gabriel Paulista: "Le hice una promesa a mi madre: 'Algún día vivirás mejor'"

Gabriel, de 26 años, no olvida sus raíces humildes, que lleva hasta en su apodo, Paulista, por el origen familiar en las favelas de Sao Paulo. Forjado en los campos de tierra, el ejemplo de superación de su madre ha guiado al nuevo central valencianista hasta la élite europea.

Gabriel Paulista: "Le hice una promesa a mi madre: 'Algún día vivirás mejor'"

P ¿Qué primeras impresiones tiene del Valencia, de Mestalla?

R Me encanta cómo está con nosotros la afición. Cantando, animando... Te hacen estar más motivado, buscando la portería rival. Es un estadio bonito, precioso. Llevaba cuatro meses sin jugar, necesitaba sentir de nuevo esa sensación. Contra el Atlético jugué fuerte, aunque sentí cansancio en los últimos minutos.

P ¿Qué ha representado Marcelino en su carrera?

R (Medita). Lo tengo como un ejemplo de lo que debe ser un entrenador, de un profesional que me ayudó mucho a crecer en mi carrera. Él hizo posible que llegase al Arsenal, un grande de Inglaterra. Su ejemplo lo voy a llevar conmigo el resto de mi vida.

P ¿Qué le pidió en su debut?

R Sobre todo tranquilidad. Una semana antes del partido yo estaba como muy ansioso (gesticula), queriendo jugar a toda costa. Habló conmigo, me dijo que me lo tomase con tranquilidad. Ya conoce mi manera de trabajar, de pelear con todo. Me serenó para llegar tranquilo.

P ¿Ha visto algo distinto en Mestalla, respecto a otros campos?

R Me impactó el recibimiento de la hinchada. Joder, todo lleno de gente, apoyando desde fuera. En el Arsenal nunca pasa eso. En el Villarreal sí, con mucha menos gente, no como aquí.

P Puede que la escena le recordase más a Brasil.

R Es una mentalidad más pasional, más brasileña, en efecto. Me sentí un poco como si volviese al campeonato brasileño.

P El Valencia lleva tres empates seguidos, ¿por qué la gente está orgullosa de su equipo?

R Por la diferencia con los años pasados. Ahora se ve que algo está cambiando. Hemos venido muchos nuevos jugadores, entrenador... No ganamos pero la gente ve que estamos realizando el máximo esfuerzo, que no paramos de correr, que intentamos con todo lo que tenemos hacer lo mejor para el club.

P ¿Cómo se entrena la puntería?

R Entrenamos al máximo para ser mejores en todo. Si las cosas no salen siempre es porque también hay un rival que hace bien las cosas. Con paciencia las cosas saldrán.

P Hay mucha competencia de centrales.

R Todos los centrales del equipo son muy buenos. Cada uno debe hacer su trabajo, aplicar su esfuerzo. Si lo conseguimos, vamos a meter en un buen problema a Marcelino. Bendito problema (bromea).

P ¿Qué le ha impresionado del equipo, de la ciudad?

R Mestalla impresiona hasta vacío y el club tiene una estructura maravillosa. La ciudad es muy bonita. El clima, la gente siempre la notas cercana, el cariño de los fans.

P ¿Y algún compañero que le haya llamado la atención por su calidad?

R Pues un chaval de la cantera, Gonzalo, que ya ha entrenado con nosotros. Es muy bueno. Tiene una calidad increíble. Lo hablaba con Murillo. Lo presionas y va muy tranquilito, se gira, la toca para los dos lados, tiene calidad con las dos piernas. No sé los años que tiene, pero el Valencia tiene futuro con chicos así.

P ¿Quién le buscó para fichar por el Villarreal en 2013?

R Fue Antonio Cordón. Vio en Brasil un partido mío y luego se hizo la propuesta. Me hizo feliz porque tenía el sueño de jugar en Europa. Todo era nuevo para mí. Salía por primera vez de Brasil, mi mujer estaba embarazada, otro idioma, aunque parecido. Era un gran cambio, pero lo superé rápido. Me aclimaté al fútbol y al resto de cuestiones culturales. Lengua, gastronomía... Lo más diferente era el fútbol.

P ¿Diferente en qué sentido?

R Aquí se juega más rápido, con más ritmo. En Brasil puedes dar tres o cuatro toques cuando te llega el balón. Aquí, dos como máximo. En Brasil tienes tiempo para pensar, aquí no te dejan. Los campos son mucho más rápidos en Europa.

P ¿Cómo se definiría como central?

R Difícil pregunta. Me cuesta mucho hablar de mí mismo.

P A simple vista parece rápido y contundente.

R Bueno sí, tengo velocidad para llegar fácil a las coberturas.

P También saca bien el balón. De la época del Villarreal no se le recordaba esa técnica.

R Cuando llegué al Villarreal tenía poco manejo. Ahora más, es en lo que más he mejorado gracias a Marcelino y también a Wenger.

P ¿Cómo es Wenger? Es una figura adorada y, en esta última fase, también muy criticada.

R La lectura de la gente está condicionada por todos los años que lleva en el Arsenal y por el tiempo transcurrido sin ganar la Premier. Pero Arsène ha hecho grandes cosas por el club. No es solo un entrenador, es algo más.

P ¿Un formador?

R Sí, no se limita a entrenar. Habla mucho con los jugadores y con su influencia ha transformado el club en quince años. Ha impulsado la modernización del Arsenal, hasta en detalles como los campos de entrenamiento. Wenger siempre estaba ahí.

P ¿Qué le ha enseñado la Premier?

R Los casi tres años que he estado en el Arsenal han sido una buena experiencia. He aprendido mucho. Soy otro jugador, más experimentado e intento traspasar a otros jugadores más jóvenes lo que aprendí. Y todavía tengo que crecer. Estoy convencido de que lo puedo hacer en el Valencia.

P ¿Y qué le pasa a Cazorlita?

R Es un fenómeno. Es un jugador que nos daba otra dimensión. Eran otros partidos, con él. Ha tenido una lesión muy complicada, con cirugía en el tobillo que se le infectó con una bacteria, por lo que no cicatrizaba. Otra cirugía, le quitaron el tendón de la rodilla. Hablé esta semana con él, esta intentando volver a entrenar, salir a hacer carrera, algo de gimnasio...

P ¿Le habló del Valencia?

R Le pregunté si conocía el club, a los empleados. «Vete», me dijo. «Irás a un club profesional, grande, ya conoces la ciudad, sabes que tu familia estará bien».

P Tenemos entendido que creció en un ambiente humilde.

R Soy el más pequeño de cinco hermanos y mis orígenes fueron muy humildes. Siempre llevo la historia de superación de mi madre muy adentro, su lucha es mi inspiración. Y así se lo transmito a mi hijo Miguel, que las cosas en la vida no son siempre fáciles. Mi madre y mis hermanos han vivido en las favelas de Sao Paulo, han pasado hambre y por muchas dificultades. Mi familia vivía en una casa de madera, ¿sabes? Si llovía entraba toda el agua en casa. Cuando empecé a entender cómo era la vida, le hice una promesa a mi madre: «Algún día vivirás mejor». Gracias a Dios he podido cumplir la promesa, y hoy mi madre puede vivir como se merece, como una reina. Ya no vive en una favela, como hace 30 años. Voy a hacer siempre lo máximo para que no le falte de nada.

P ¿Y en ese contexto, cómo se abrió pasó en el fútbol?

R Crecí jugando en los equipos de barrio, de favela. Quería ser delantero, mi ídolo era Ronaldo. Los que hemos aprendido a jugar a fútbol en la favela, somos más listos en todo, en general. Los campos son de tierra, de arena, juegas contra niños mucho más mayores. Cuando llega el día que cambias al césped, el fútbol te parece un deporte mucho más sencillo.

P ¿Sigue volviendo al barrio?

R Sí, siempre que tengo vacaciones, vuelvo a la favela para jugar con los chavales. Soy un espejo para ellos. Se llena el campo, me rodean todos los niños, no sabéis cuánto cariño tienen. Entro en el vestuario, me cambio de ropa con ellos. Soy uno más. Para mi es algo que no tiene precio. Los niños siempre me preguntan por el cambio de vida en mi familia. Me quedo hablando con ellos hasta tarde. Es una experiencia muy gratificante.

P ¿En qué equipos empezó?

R Primero con los partidos que se organizaban en el barrio. Y ya con 17 años, en el último año como juvenil, jugué en el Taboão Da Serra, de la cuarta división brasileña. Allí jugué el torneo de juveniles de la Taça (Copa) de Sao Paulo, que vienen equipos de todo el país, un trofeo muy famoso. Me enfrenté al Vitoria, que se quedó encantado con mi juego y me ficharon. Estuve cinco años y debuté en Primera. Tengo un cariño muy grande por ellos.

P En Vitoria coincide con otro técnico muy importante para usted, Caio Junior (El entrenador que fallecería en el accidente del Chapecoense).

R Sí. Es otro de los entrenadores que me marcó, que me enseñó mucho y que lo tengo como un ejemplo. Ganamos además un título y, por encima de todo, era mi amigo y lo voy a recordar siempre con cariño en mi corazón.

P ¿Cómo digerió la noticia del accidente?

R Unos días antes había sido mi cumpleaños. Recuerdo que me desperté y le dije a mi mujer que tenía ganas de hablar con Caio Junior. Me entró de repente esa necesidad. Mi mujer me animó a que lo hiciera, y le dije que no, que ya lo haría más tarde, con más calma. Al final pasó ese día, me despisté y cuando vi la noticia del accidente... Ufff. Me quedé... No se puede describir. Aquello me dejó una lección.

P ¿Cuál?

R Nunca debes dejar de hacer y decir lo que sientes. Si tienes la necesidad de decirle algo a alguien, hazlo. Ahora estoy conversando con vosotros, y no sé lo que pasará luego. No hay que aplazar los sentimientos, porque luego la vida...

P ¿Fuera del fútbol, cómo le gusta pasar el tiempo?

R Soy un tipo muy tranquilo, me encanta pasar el tiempo en casa, jugando con mi hijo, que tiene tres años. Juego a la play, me encanta conversar con mi mujer. Muy tranquilo todo. Hablo con mis familiares de Brasil por Facetime.

P ¿Y cómo le gusta que le llamen? ¿Gabriel? ¿Paulista?

R Me llamaba Gabriel y cuando me fui al Arsenal quería cambiar y que se me llamase Paulista. Pero la Premier League no lo permite, porque Paulista no es mi apellido, es el apodo que viene del gentilicio de Sao Paulo. Aquí sí he podido cambiarlo, pero no tengo problemas de ningún tipo. Acepto Gabriel, Paulista, Gabriel Paulista... (Risas).

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