El derbi entre el Levante UD y el Valencia ha dejado un saldo amargo en el Valencia, con el desencuentro vivido entre Marcelino García Toral y Simone Zaza. La suplencia en el Ciutat de València causó malestar en el delantero italiano, que ni siquiera saltó a calentar entre los suplentes antes del partido y se sentó en el banquillo con un gesto visiblemente contrariado.

En sala de prensa Marcelino defendió la decisión de dar la titularidad a Santi Mina, al tiempo que mandaba un mensaje encriptado a Zaza: «La inclusión de Mina y el juego táctico que nos ha dado ha sido muy alto. Analizamos al rival y pensamos que Santi era la mejor opción. Y una vez visto el desarrollo del partido, viendo cómo ha actuado Santi y cómo ha actuado 'Simo' (en referencia a Zaza) no tengo ninguna duda de que volvería a tomar la misma decisión».

Zaza y Marcelino se volvieron a ver ayer las caras en el entrenamiento matinal de recuperación del Valencia, posterior al derbi. Horas más tarde, la pareja de Zaza, la conocida modelo y blogger italiana Chiara Biasi, colgó en su cuenta de Instagram un no tan enigmático mensaje que podría interpretarse como una crítica abierta hacia Marcelino: «Si quieres gente de carácter, debes saber gestionarla y aceptar también que no logres gestionarla. Pero sobre todo recordar que las pelotas que uno tiene, las tiene siempre. No lo dejes en el cajón sin motivos. Contrólate. (O quédate con quien los lleve incorporado en un libro de instrucciones)».

El desencuentro con Zaza supone la primera crisis interna que le sale a Marcelino García Toral como entrenador del Valencia. Hasta el momento, el técnico asturiano había mantenido un control total de un vestuario regenerado y alineado de manera entusiasta a su favor.

Marcelino ha mantenido desde el verano que el carácter «impetuoso, pero noble», del delantero de Policoro, era una ventaja para el equipo, ya que lograba arrastrar al resto de compañeros, a partir de esa entrega. Desde el cuerpo técnico se asumían también las posibles contraindicaciones que generaba un jugador de ese temperamento: «A los 26 años ya no se puede domar ese carácter», se respondía desde el entorno de Marcelino.

Después de cuatro jornadas de Liga, y un solo gol anotado por Zaza en el estreno ante Las Palmas, Marcelino ha decidido modificar piezas en ataque, recalcando que la inclusión de Mina ante el Levante UD fue una decisión «técnica» y no condicionada por las rotaciones.

En la balanza del técnico han influido cuestiones como que Zaza ya sea el jugador de la Liga que más faltas comete 8registró que también lideró el año pasado) y que sea el rematador cuyos disparos más veces rebotan contra los defensores rivales. Una contribución demasiado precaria para un delantero que ha costado 18 millones y que debería ser la estrella del equipo.