Cuando los intereses del entrenador (Emery) chocan con los planteamientos de la dirección deportiva del Valencia CF, pueden pasar cosas como, por ejemplo, que Isco se vaya al Málaga. Y de ahí al Real Madrid. La experiencia dice que, en casos como este, es mejor que prevalezcan los intereses del club y buscar la fórmula para que el jugador de la cantera no abandone la entidad y que pueda disfrutar de minutos en otro equipo. Casos como el de Silva, por ejemplo, que jugó cedido en el Eibar y el Celta antes de regresar a Mestalla, refuerzan esta idea.

Esto es lo que sucede con Rafa Mir (Javalí Nuevo, Murcia; 20 años). El delantero del Mestalla, máximo goleador con 6 tantos de todos los grupos de Segunda B, no cuenta para Marcelino ni para ser el cuarto delantero de un Valencia CF que acusa graves problemas de gol.

Ni Zaza ni Rodrigo ni Santi Mina destacan por ver portería con facilidad y el equipo lo acusa. Sin embargo, Rafa Mir tiene gol. Volvió a hacer otro doblete el pasado sábado ante el Atlético Saguntino. Sus dianas ya le han valido seis puntos al filial. Pero Marcelino no lo tiene ni entrenando con el primer equipo.

El técnico asturiano tuvo a sus órdenes a Rafa Mir durante la pretemporada, pero considera que no encaja en la plantilla porque se trata de un futbolista de similares características a los que tiene. Eso sí, con más gol. Pero el murciano no tiene la más mínima oportunidad. El delantero de reivindica mientras Lubo Penev se frota las manos, y cada día que pasa queda más claro que no jugará en el primer equipo del Valencia CF.

Rafa Mir, por su parte, acaba su contrato en junio de 2018 y no quiere renovar porque su intención antes de empezar el curso no era volver a ser carne de filial esta temporada. El delantero considera que se tiempo ya pasó. Pero ahí sigue. Y sin bajar los brazos. Más bien todo lo contrario. Aprieta los dientes y vuelve a la carga. En el Mestalla va sobrado.

Recuperado del bajón anímico

Tras debutar en la Liga de Campeones de la mano de Nuno ante el Zenit, y recuperase de un bajó más anímico que deportivo, este año se estrenó como goleador con el primer equipo. Y consideraba que tenía un hueco en una plantilla de veintitantos. Por eso no ha renovado. En enero quedará libre para negociar su futuro y el Real Madrid, club que conoce a la perfección su representante, Carlos Bucero, está a la espera de acontecimientos.