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El Valencia ha vuelto

El Valencia ha vuelto

Apenas celebramos la Copa del Rey de 2008. Metidos de lleno en una guerra civil casi tan cruenta como la que vendría años después durante el proceso de venta, aquella noche en Madrid no sabíamos si reír o llorar. Tampoco supimos paladear en su justa medida las clasificaciones consecutivas para Champions durante la era Unai Emery. Hubo algunos que incluso aseguraban sentirse aburridos de ser terceros. Esta temporada me he prometido no cometer el mismo error. Si ya empezamos a pensar en que Guedes o Kondogbia pueden marcharse para no volver el 30 de junio, estaríamos olvidándonos de vivir el presente, de recrearnos -por ejemplo- en el 4-0 del sábado contra el Sevilla. Uno de los mejores partidos que el Valencia ha completado en años. Impecable y organizado en defensa, brillante a la hora de realizar transiciones para replegarse y/o lanzar contragolpes, vertiginoso cuando hay espacios, paciente cuando hay que generarlos. Parece mentira que sea la primera temporada de Marcelino. Es como si el asturiano hubiera desembarcado en Mestalla el día siguiente a la salida de Rafa Benítez con destino a Anfield.

Evidentemente, me encantaría que, cuando acabe la temporada, el club dispusiera de los 25 millones que contempla la opción de compra por Kondogbia establecida con el Inter. Es el mejor mediocentro de recuperación y jerarquía desde la retirada de Albelda. Claro que, como el resto del entorno, veo obligatorio que Mateu Alemany, Vicente Rodríguez o ambos hagan todo lo posible para que la cesión de Guedes se alargue hasta el 30 de junio de 2019. El secretario técnico, por cierto, es el responsable del fichaje de Zaza. Lo era en enero cuando llegó entre dudas por su elevado coste y lo es ahora que ha sido elegido mejor jugador de septiembre y persigue a Messi en la carrera por el Pichichi. Con Gonçalo Guedes experimento sensaciones similares a la época del Piojo. Una seguridad absoluta de que van a pasar cosas cuando recibe el balón. Pero, lamentablemente, su futuro no depende del Valencia. Veremos qué sucede en julio.

Hasta ese instante, tenemos que disfrutar cada día de esta Liga que ha arrancado con márchamo de clasificación europea. Y está a punto de empezar la Copa. Una competición hecha a medida para equipos bien trabajados y complejos de doblegar a doble partido. Ambos son rasgos adheridos al ADN del grupo que dirige Marcelino García Toral. Venimos de dos temporadas tan calamitosas que no podemos perdernos en nada que no sea en abrir los ojos, preparar la garganta para gritar goles y disfrutar. Es uno de esos años.

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