El Valencia CF ha dado un paso más en su intachable trayectoria esta temporada. Lo ha hecho con una victoria muy elaborada ante el Leganés, un rival muy digno, que ha probado la entereza de un equipo, el de Mestalla, al que nada ni nadie le frena. El conjunto de Marcelino, en ventaja desde el minuto 14 gracias a un gol de falta de Parejo, no resolvió el encuentro hasta sobrepasar el ecuador del segundo tiempo.

Rodrigo, de cabeza, y Santi Mina, de penalti, finiquitaron un partido espeso, incómodo, durante mucho rato. Fue adelantar el Leganés sus líneas y el Valencia encontrar los metros que necesita para que fluya su potencial ofensivo. Con este triunfo, el conjunto de Mestalla se consolida en la segunda plaza, a un punto del Barcelona, que juega esta noche (20.45) frente al Sevilla.

Un gol de Parejo, de falta, allanó el camino de la victoria del Valencia al cuarto de hora de partido, cuando el Leganés había dejado muestras de su rotundo orden defensivo. El gol, por tanto, le vino de perlas al equipo de Marcelino, que hasta entonces sólo había sido capaz de crear esa ocasión: Una falta muy fea a Guedes, con tarjeta amarilla incluida, cuando se adentraba en el área, terreno minado por el impecable posicionamiento de los futbolistas de azul. Parejo lanzó el balón por bajo y este entró en la portería tras tocar en un defensa visitante.

El Valencia encontró un hueso duro en el conjunto de Asier Garitano, que ha construido un equipo metódico, muy bien estructurado. Una buena vara de medir, sin duda, para el Valencia, que sufrió mucho para construir su juego del medio campo hacia adelante. Por eso Parejo, más allá de su gol, le dio la frescura necesaria para desatascar el juego. Faltó, eso sí, continuidad para llegar al área del Leganés, que plantó un muro en el balcón de su área. No creó más ocasiones el Valencia en todo el primer tiempo, atascado en las bandas y por el medio. Guedes y, sobretodo Carlos Soler, se estrellaron continuamente contra sus marcadores. Sólo Gayà, y alguna vez Montoya, conquistaron el área por los extremos, pero sin más peligro. Peor le fue a Rodrigo, que sufrió especialmente apra conducir la pelota más de 2 metros seguidos.

El Leganés, lejos de descomponerse, siguió a su ritmo y firmó un primer tiempo muy aseado, con varias ocasiones de gol claras. La contundencia de Murillo, especialmente, salvó al Valencia de algún susto más. Szymanowski y Beauvue disfrutaron de sendos tiros, libres de marca, para empatar. La buena noticia al final del primer tiempo, sin duda, era esa: el Valencia ganaba pese a que practicaba un fútbol poco estructurado, espeso.

El partido se animó tras el descanso, coincidiendo con la apertura de líneas del Leganés. Apareció Guedes, con espacio para sus arrancadas letales. En la primera, hizo lo de siempre: conducir la pelota en velocidad, recortar al defensa en medio palmo y chutar a con el interior. El balón se fue al palo.

El partido estaba abierto a cualquier posibilidad. El Leganés, fresco, con los tres cambios realizados, buscaba el empate. Neto salvó al Valencia del empate en uno a uno frente a Szymanowski, al que le aguantó con mucha frialdad la posición. Es un gran portero. Otro excelente fichaje, no hay duda. Pero el Valencia ya tenía campo abierto para armar el contragolpe, su arma letal. Así llegó el segundo gol. Gayá cortó una acción en defensa y cambió la orientación del juego a la derecha. Andreas Pereira, recién salido al campo, envió la pelota precisa a la cabeza de Rodrigo, que llegó como una exhalación. Remató dentro, como ya es costumbre esta temporada cuando lo hace con la testa. Ya suma 5 goles de cabeza.

Con campo libre definitivamente, el Valencia sentenció el choque en un penalti cometido sobre Santi Mina, recién salido al campo por Zaza. El Leganés, que hasta esta mañana era el segundo equipo menos goleado de la Liga (5 goles en contra), se llevó, sin quererlo, un feo recuerdo de Mestalla. Pese a plantear muy bien el partido, salió trasquilado.