Marcelino García Toral ha hecho hoy una excepción en la estricta rutina alimentaria con la que controla a la plantilla del Valencia. El equipo se ha reunido en torno a un asado argentino después del entrenamiento matinal en las instalaciones de la coiudad deportiva de Paterna. El almuerzo es una medida encaminada, también, a que la primera plantilla haga piña y estreche los lazos en un vestuario en el que en esta temporada reina la armonía y el compañerismo. Después de superar la primera derrota del año, en casa del Getafe, con un triunfo contra el Celta, el Valencia toma fuerzas para seguir afianzándose en la segunda posición en la visita del próximo sábado a un Eibar en racha.