«Crisis? What crisis?» preguntaba Supertramp en 1975 en la portada de un disco. El título del cuarto álbum del grupo británico mide con la precisión de un reloj suizo el estado de ánimo del Valencia CF. Pese a que el equipo ha perdido tres de sus últimos cuatro partidos de Liga disputados en un aciago mes de diciembre, en el que solo se lograron tres de los doce puntos en litigio, el ambiente general es de satisfacción y optimismo debido a la tercera plaza del campeonato y a las buenas sensaciones futbolísticas que trasmite el once de Marcelino. El entrenador está más que satisfecho y Mestalla está volcado con su equipo.
Como si de un avanzado estudiante se tratara, el Valencia vive de rentas. El equipo hizo los deberes en la primera evaluación del campeonato, ocho triunfos consecutivos y unos registros de puntuación jamás alcanzados, y se echó a dormir antes del parón navideño. Los de Marcelino perdieron su primer partido de Liga en Getafe (1-0) en la primera fecha del mes de diciembre, ganaron en Mestalla al Celta (2-1), y sufrieron dos derrotas consecutivas ante el Eibar (2-1) y en el derbi contra el Villarreal el pasado sábado en Mestalla (0-1). Sin embargo, las derrotas del Real Madrid, Atlético de Madrid y Sevilla, permitieron a los de Marcelino mantenerse en la tercera plaza del campeonato regular con 34 puntos, y mantener una distancia de cinco puntos con el Sevilla, quinto clasificado.
Lejos de pensar en alcanzar al Barça, sólido líder de la Liga con 45 puntos (los mismos goles que lleva marcados) y sin conocer todavía la derrota, el Valencia centra sus esfuerzos en conseguir su objetivo real que no es otro que regresar a la Liga de Campeones. Pensar en otras ínsulas es una quimera. Y, en este sentido, la lucha está abierta con el Atlético, que es segundo con 36 y al que tienen a tan solo dos puntos, y contra el Real Madrid, que ocupa la cuarta plaza del campeonato a tres puntos del valencia, pero los de Zidane con un partido menos.
Pese a la derrota ante el Villarreal, Marcelino da por buenos los 34 puntos logrados por el Valencia en la Liga, y asegura que la tercera plaza no la contemplaba antes del inicio de la competición. El entrenador no se muestra preocupado por el bajón del equipo en estos cuatro últimos encuentros disputados, no habla ni de crisis ni de bajón de juego, y achaca los malos resultados a la falta de efectividad en las dos áreas. Tras analizar con minuciosidad los últimos partidos de su equipo, el técnico piensa que tanto en defensa como en ataque no se ha sido tan eficiente como al inicio del torneo, pero considera que el global es bueno.
Es evidente que la falta de efectividad en las dos áreas de la que habla Marcelino se explica debido a las ausencias de jugadores fundamentales en el once como son Murillo (defensa) y Guedes (ataque) en una plantilla que se antoja demasiado corta y que obliga a refuerzos en este mercado de inivierno. Sin el colombiano en el equipo, baja que coincidió con las de Garay, la solidez de la retaguardia se resiente. Algo similar sucede si el grupo no puede contar con su factor ofensivo desequilibrante: Guedes. La recuperación de estos jugadores se antoja fundamental para poder recuperar la senda del triunfo tras el parón navideño ante el Girona y el Deportivo en Riazor.
