La euforia por el Valencia CF vivió ayer otro capítulo. Más de 1.700 aficionados se dieron cita ayer en el estadio Antonio Puchades de Paterna para ver el entrenamiento vespertino en una sesión de puertas abiertas 14 meses después. Una hora antes de abrirse las puertas del recinto cientos de personas hacían colas para acceder a la grada.

La ilusión creada por el equipo de Marcelino es patente y contrasta con la situación que vivía el club hace un año: un equipo hundido en la clasificación, sin alma ni ambición y que vivía por estas fechas la deserción de Prandelli, una muestra más de la descomposición que vivía la entidad de Mestalla.

Otro dato que alimenta el cambio de ánimo de la hinchada es la buena acogida de los pases de media temporada. En tres días 512 personas han retirado su abono, cifra superior a la registrada la temporada pasada y que hace que el Valencia CF ya roce los 36.000 abonados.

Durante algo más de una hora los jugadores se entrenaron en el césped del Antonio Puchades aclamados por un público con muchos niños. Los más ovacionados fueron Parejo, Kondogbia, Neto y Guedes, aunque la tónica general fue el entusiasmo desbordado.

Gayà se incorporó al trabajo desde la sesión de entrenamiento de la mañana. El lateral de Pedreguer se ejercitó sin problemas y deja atrás su lesión muscular que sufrió en Eibar.

De nuevo sin Marcelino

A la sesión de trabajo, en la que tampoco estuvo presente Marcelino, faltaron Carlos Soler, Javi Jiménez, ambos lesionados. Gabriel Paulista y Jeison Murillo, ya incorporados ayer tras sus vacaciones de navidad, se ejercitaron por su cuenta en Paterna. El defensa brasileño entrenará hoy con sus compañeros mientras que el colombiano seguirá con su recuperación al margen.

Quien ya no estuvo fue Rober Ibáñez, una vez oficializada su marcha al Getafe tras rescindir el contrato que le unía al club.