La típica reunión de acuerdo de patrocinio en la que plantear contraprestaciones. Alguien tiene la idea luminosa: "«un tifo, un tifo!». La idea se toma al vuelo. Y un tifo.
El tifo tuvo lugar el sábado del partido contra el Vila-real y debía honrar la relación comercial con el esponsor Blu. Los aficionados alzando cartulinas para generar una hermosa composición que rezara: VCF Blu, desplegadas las alas del murciélago, en un efecto óptico un poco extraño: al reproducir la misma imagen que forman los colores de las butacas, pareció de repente que la grada estaba vacía.
No, el tifo no salió bien, porque emborronado tampoco se sabía si ponía Blu u Olu. Una pequeña anécdota sin importancia (las coreografías colectivas a veces salen rana, excepto en Corea del Norte) que esconde algo un poco más relevante. De repente el aficionado transforma su rol protagonista en simple soporte publicitario. La grada se convierte, también, en publi directa.
Me viene a la cabeza la entrañable polémica hace un par de años, cuando el club evitó con acierto que la Curva Nord dedicara un tifo gigante a la Mare de Déu. Visto lo visto ahora, hay dioses y dioses, y los dioses publicitarios tienen una influencia mayor.
Hemos aceptado que en los exteriores de los estadios se amarren lonas gigantes con anuncios de marcas, porque para algo pagan la fiesta. También hemos transigido con que le pongan el nombre a los campos, y ya apenas nadie se va a resistir porque si queremos un buen equipo hay que propiciar ingresos nuevos. Nos parece normal que haya salas de prensa en las que los botellines cubran la identidad de los entrenadores, porque de algún sitio hay que pagar a los técnicos, eh. Pues bien, la grada ya es también un espacio activo para la publicidad. En próximos episodios: pancarta patrocinada por
Distopía a la vista. Los jugadores acabarán llevando el nombre de una marca, la marca exigirá que al futbolista se le clame por megafonía como Gonzalo Guedes Ascensores Pérez. «A continuación comparece Marcelino Reparaciones Ideal»!. Claro que lo aceptaremos, porque los patrocinadores pagan y...
El tifo publicitario desnuda otra carencia. Que el primer intento de mosaico de la temporada sea éste habla de cómo, por parte de entes como la Agrupació, se está desaprovechando el fervor mestallero en favor de la inacción. Cuando no lo haces, te lo hacen.
