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Un grado de separación

Un grado de separación

La conversión de los #MarcelinoFacts en verdadera convención social sobre los poderes regeneradores del entrenador son una oportunidad. Una anécdota en una noche casual, pero el filón desde el que hacer marca con un club al que hasta hace medio telediario se le asociaba con la inestabilidad, la ingobernabilidad y, todavía peor, el acoso sistemático de Mestalla a sus jugadores. (Horror, estrépito, descubrimos que el estadio del Madrid abuchea a los suyos tras una mala primera vuelta. Qué asombro. Debe ser amor, no acoso).Se le ha puesto a Marcelino cuerpito de personaje de película de educación noventera. El profesor recién llegado al instituto del Bronx que convierte a deshechos en ejemplares pupilos. #MarcelinoFacts. Pero tras la chanza, un hilo del que tirar.

El Valencia debe aprovechar y hacer apología de la sensación de protección que le aporta el club a jugadores talentosos que tras estancarse buscan progresar en sus carreras€ o bien iniciar prometedoras trayectorias. Una zona de seguridad, lejos del cementerio de elefantes pero también al margen de piscifactorías para pezqueñines. Territorio de exigencia y confianza. El equilibrio que garantiza Marcelino y que saca las mejores virtudes de hombres que necesitaban sentirse respaldados. Mejora a los que son buenos, disimula carencias de los que no lo son tanto.

La fórmula. Marcelino aprovechó los recursos, adaptándose a las virtudes. Motivó y cuidó a tipos que a priori no iban a contar. El partido de Jaume Doménech en Donostia como reconocimiento simbólico a los que se lo trabajan. En los fichajes hay una suerte de red con un grado de separación que conecta a todas las incorporaciones con el técnico. El intento de reducir riesgos, de experimentar poco, de conocer de antemano, explica bastantes cosas. Un método, el método.

Alerta. Podríamos caer en la frivolidad de creer que aquí todo vale y cualquier jugador se convierte en útil. Este equipo tiene serias carencias, defensas fuera del nivel y una gran incógnita respecto al recambio de Parejo. Pierde puntos por su lateral derecho. Para seguir creciendo también se necesita elevar algunas exigencias.

Y nota para el final. Mestalla es en estos meses un verdadero placer, una connivencia grupal que da comprensión y aúpa al equipo cuando atraviesa dudas. ¿Dónde están los en otro tiempo titulares escandalosos sobre la grada?

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