El entrenador francés Arsène Wenger, economista de profesión, sabía que cuando puso sus ojos en Francis Coquelin (Laval, Francia; 13/5/1991), un chaval de 17 años que despuntaba en el Stade Laval sabía que a la larga el Arsenal ganaría un gran futbolista o mucho dinero por el traspaso de un centrocampista al que se le auguraba un futuro prometedor. La operación era segura. Y el Arsenal invirtió 1 millón de euros en fichar a Coquelin en el año 2008. Diez años después, el Valencia estudia su fichaje por un precio que ronda los 12 millones de euros.

Francis Coquelin, que ha pasado por tres cesiones (Lorient, Friburgo y Charlton), ha sido internacional con Francia en todas las categorías inferiores. Pero le falta la absoluta. El pivote defensivo ha ganado con el Arsenal dos FA Cup y dos Community Shield, y acumula 100 partidos, aunque no acaba de explotar. Le falta ese plus. Quizá por ser un medio casi exclusivamente defensivo cuando el fútbol moderno exige un algo más a jugadores de esa posición.

De hecho, esta temporada Coquelin ha perdido protagonismo con un centro del campo de los gunners en el que destacan el galés Aaron Ramsey y el fichaje estrella suizo Granit Xhaka. Ambos son muy fiables en defensa y también pueden llegar con peligro a la portería rival. Quizá por ello, y tras ver como en el Valencia se han revalorizado futbolistas de la talla de Gabriel Paulista, Kondogbia o Guedes, por ejemplo, el jugador francés haya decidido informarse junto a compañeros como Cazorla o Mustafi de las bonanzas de Mestalla.

Desde que se conoció su posible fichaje, mucho se ha hablado de un vídeo viral en el que Coquelin realiza un piscinazo tras recuperar un balón en el centro del campo.