El mejor momento de la carrera de Jonathan Viera ha coincidido con la mayor crisis en los últimos años del club de su vida, la UD Las Palmas. Mientras que a sus 28 años el mediapunta se ha situado en la órbita de la selección española y se ha ganado el derecho de ser uno de los candidatos para acudir al próximo Mundial de Rusia, en la entidad grancanaria gobierna el caos. Colista, con 11 puntos, a siete de la salvación y con una hemorragia descontrolada de 46 goles en contra, Viera es la última bandera de Las Palmas.

La llegada de Paco Jémez, técnico de soluciones arriesgadas, no ha detenido la caída libre, sino que incluso la ha acelerado. Con solo dos victorias como local, el polvorín del vestuario ha estallado. Los descartes como Loïc Remy han arremetido contra el técnico con declaraciones como "no tuvo las suficientes pelotas para ponerse delante mía y decirme 'no te quiero por esto, esto y esto'" y acusarle de haberle tratado "como un pedazo de mierda". Y el propio Jémez no ha dudado en señalar, desde primeras de cambio, a sus jugadores: "Nuestra defensa no está al nivel de Primera y si no arreglamos eso estamos abocados al descenso". "Hay que intentar llevar la pelotita a la portería contraria y eso a veces se nos olvida", aseguraba tras la debacle en Mestalla.

Las Palmas es un equipo que después de encajar el primer gol en cada partido, se derrumba por completo y es pasto de las goleadas. Así se comprobó en la plácida victoria de Copa del Rey del Valencia en Mestalla (4-0), o en la humillante goleada contra el Girona (6-0) en el último parido liguero. Con 59 puntos por disputarse, los canarios deben encadenar al menos treinta puntos para luchar por la salvación. Un ritmo de puntos propio de un equipo que lucha por Europa.

En medio de ese páramo, Jonathan Viera ha alcanzado la madurez de su carrera. El talento de su fútbol ya no es discontinuo, y su juego es mucho más regular y determinante, capaz de adaptarse por fin a las exigencias de un equipo grande y con aspiraciones, y de ser igualmente útil en un bloque con las expectativas de la selección española. No obstante, el crítico momento de los amarillos puede influir en sus posibilidades de ser llamado para el Mundial.

Además, se da la circunstancia de que Viera acumula unas llamativas estadísticas en la mayoría de las veces que se enfrenta contra el Valencia, que fuera su equipo entre 2012 y 2015. El jugador del populoso barrio de La Feria ha marcado en las dos últimas temporadas hasta en cuatro ocasiones distintas al equipo de Mestalla, en encuentros que siempre sirvieron para que el cuadro amarillo puntuase.

En los 33 partidos que Viera jugó en el Valencia, repartidos en dos temporadas en los que anotó dos goles, el mediapunta no logró adaptar su innegable calidad a las demandas de la entidad blanquinegra. Por juventud, por salir del entorno futbolístico en el que había crecido, circunstancia que tampoco ha hecho rendir a grandes jugadores como Iago Aspas cuando abandonó el Celta de Vigo.