El Barça era el rival que nadie quería en Copa. Además de la dificultad del envite, el Valencia CF no quería añadir al mejor equipo de la Liga a su calendario de pasión. Cinco partidos en quince días escasos, con el Real Madrid y el Atlético, ya complicaban la escena. La presencia del Levante, un derbi siempre lleva añadida una carga emocional, completaba el ciclo.

Pero cuando Marcelino se enteró de que el Barça era su rival en semifinales, y aunque la ida sea en Can Barça y la vuelta en Mestalla, torció el gesto. Porque con un equipo cogido con alfileres, huérfana la pareja de centrales debido a las lesiones de Paulista y Murillo y a la sanción de Vezo, medirse a un rival como el de Valverde que, además, se ha reforzado con Coutinho o Jerry Mina, no era la mejor de las noticias. La suerte favoreció al Sevilla. El conjunto de Nervión no podía pedir más. Se enfrentará al Leganés por un puesto en la final del próximo 21 de abril.

«Si jugamos como en el partido de Liga en Mestalla (1-1), tendremos opciones», dijo Marcelino. «Deberemos hacer dos partidos extraordinarios», añadió. «Tenemos que marcar en la ida», agregó el lateral Gayà. El Valencia CF inicia hoy ante el Real Madrid su frenético calendario. Sin tiempo para el descanso, el jueves se visita al Barça en Copa, antes de volver a jugar fuera en el Wanda ante el Atlético. A la siguiente semana, se recibe al Barça en la vuelta de la Copa y se juega el derbi ese domingo frente al Levante.