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El puente de mando

El puente de mando

Dejando al margen los errores arbitrales -de sobra analizados ya- que condicionaron por completo el derbi del pasado domingo en Mestalla, el partido genera una lectura concluyente para el Valencia. El equipo que dirige Marcelino puso fin a una racha nefasta de seis derrotas consecutivas. Y lo hizo recuperando el centro del campo con el que se ha visto la mejor versión del murciélago esta temporada. No. No es una casualidad. Cada vez que han coincidido de inicio Kondogbia, Parejo, Carlos Soler y Guedes, el conjunto de Mestalla ha maravillado con su juego. Y, además, no ha perdido. De hecho, lo ha ganado casi todo. Nos hemos pasado el mes de enero y parte de febrero tratando de discernir las causas de la crisis en el juego y resultados del Valencia y a veces el fútbol es más sencillo de lo que queremos hacerlo.

El técnico asturiano -en Liga- ha podido alinear a los centrocampistas en cuestión en seis ocasiones. Hasta la lesión de Carlos Soler, el cuarteto de referencia participó de inicio contra Málaga, Real Sociedad, Betis, Sevilla, Leganés y Barça. Seis partidos. Cinco victorias y un empate. 22 goles a favor y seis en contra.

Ahora que, incluso tras el triunfo ante el Levante, los feligreses de la Iglesia Marcelinista empiezan a salir del templo en desbandada, conviene reflexionar al respecto de las carencias con las que el equipo ha tenido que afrontar semanas de extrema complejidad. Es casi utópico salir indemne de dos semanas midiendo fuerzas con Barça -dos veces-, Real Madrid y Atleti. El éxito tiene muchos padres, pero el fracaso es huérfano.

Es cierto que nadie puso una pistola en el pecho del cuerpo técnico para apostar por una plantilla corta, pero también lo es que perder en numerosos partidos a futbolistas básicos en el pasillo de seguridad como Murillo, Carlos Soler o Guedes haría mella en cualquiera de los aspirantes a jugar la próxima edición de la Champions League.

El regusto amargo de los primeros días tras la eliminación en semifinales de Copa del rey ante el Barcelona va dejando paso a una sensación objetiva de haber cumplido con el mínimo exigible. Superado el Tourmalet copero, el Valencia sigue con las opciones intactas en su objetivo prioritario: acabar entre los cuatro primeros. Si las lesiones respetan al cuarteto del puente de mando es muy probable que lo consiga. Ahí están los números.

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