Vicente marcó el 0-1 a los once minutos y Baraja sentenció a falta de un minuto para el final del partido en Sevilla. El Valencia se proclamó Campeón de Liga 2004. Desde aquel 9 de mayo, el Valencia no gana en el Pizjuán. Nueve derrotas y cuatro empates en trece partidos. Curro Torres, titular en aquel histórico encuentro, no estaba al corriente del dato. El exfutbolista echa la vista atrás y habla también del decisivo choque del sábado por la Champions.
P ¿Qué recuerda de aquel histórico partido?
R ¡Puf!. Fue algo imborrable. Salimos con una alineación sorprendente, porque se quedaron jugadores importantes en el banquillo como Baraja o Aimar, y el equipo realizó un partido muy serio y trabajado. Ese once tenía mucho que dar pese a las ausencias. Jugaban Xisco, Jorge López, Sissoko, Oliveira... Marcó pronto Vicente y, cuando marcó Baraja, ya lo teníamos hecho. Fue una gran alegría, todos los recuerdos son bonitos.
P ¿Cree que con el paso del tiempo no se valoró lo suficiente lo que logró el Valencia aquellos años? Parece como si se estuviera obligado a ganar siempre.
R Yo creo que aquel año la gente sí que lo valoró y lo disfrutó. Pero la gente vive del presente y es exigente. Aquellos años, y sobre todos tras el primer título, se había creado una línea de lograr objetivos y lo normal es que tanto el equipo como la afición exigiera. Lo cierto es que quizás no se valoró la dificultad de lograr los títulos, porque es muy muy difícil y eso lo hemos visto con el paso de los años, pero creo que sí que se disfrutó y se valoró en general el hecho de ganarlos.
P ¿Cómo era aquel Valencia de Rafa Benítez?
R El Valencia era un equipo muy completo. Supercompetitivo y con una tremenda ambición. Estaba muy bien trabajado tácticamente y tenía además futbolistas de mucha calidad individual. Además de todo eso, yo me quedo con que el equipo sabía en todo momento lo que tenía que hacer. En esta faceta era algo espectacular. Tanto en Málaga como en Sevilla teníamos muy claro que íbamos a ganar la Liga en ese partido, que sería muy complicado que se nos escapase la victoria.
P Aquel año 2004 se sumaron 26 de los 30 últimos puntos posibles y solo se encajaron 24 goles en 36 partidos...
R Acabamos la Liga a un nivel muy muy alto. Además, todo iba de cara. Teníamos la experiencia de años anteriores y el grupo hizo un trabajo enorme. A lo largo de la temporada se nos criticó que hubiera rotaciones, pero el rendimiento que ofreció el Valencia nos cargó de razón.
P ¿No era un equipo muy defensivo, barraquero?
R Para nada. Más bien todo lo contrario. Benítez jamás nos dijo de meternos atrás. Nosotros adelantábamos o atrasábamos la línea de presión según el rival. Pero el planteamiento de los partidos era siempre a buscar la portería contraria y ganar el partido.
P Salvando las distancias, ¿el Valencia de Marcelino no le recuerda al de Benítez?
R En cierta medida sí. Los dos estilos se asemejan en algo. Nosotros teníamos alguna variante más de juego y Marcelino varía menos sus planteamientos. Pero lo cierto es que en parte se han recuperado ciertas señas de identidad gracias al trabajo de Vicente en la dirección deportiva, él ya estaba en el equipo de 2004, porque se han fichado jugadores con calidad y ambición.
P ¿Qué pasará el sábado?
R Es un partido en el que hay más de tres puntos en juego. El Pizjuán es un campo muy bonito y a la vez complicado. La clave está en que el Valencia tiene que ser el Valencia y salir decidido a por el partido. Sin especular. Ser ambicioso. Porque si gana, ya está.
