El nuevo modelo deportivo del Valencia CF, del que Mateu Alemany es el arquitecto junto a Marcelino y Pablo Longoria, ya ha comenzado el diseño de la nueva temporada 2018-2019. A la espera de confirmarse la presencia en Champions, algo que se da por hecho pese a que se hable con la boca pequeña, el club de Mestalla ya ha trazado las líneas maestras de los fichajes que estarán caracterizados por la búsqueda de refuerzos en cesiones de los grandes clubes de Inglaterra o Alemania, la ampliación del scouting a ligas menores y la revitalización de la captación de jugadores de la Comunitat Valenciana.
Pese a la entrada en Champions, y las alegrías del Fair-Play financiero que ello conlleva, el nuevo proyecto deportivo viene marcado por la reducción de las grandes inversiones en jugadores (como fueron Enzo Pérez o Abdennour), y a falta de más inversión del propietario del club, Peter Lim no está dispuesto a poner un euro más en la entidad, se va a tratar de disparar con más precisión porque no se puede fallar.
La imposibilidad de competir en igualdad en el mercado de fichajes, no solo ya con los grandes trasatlánticos europeos sino también con cualquier club modesto de la Premier League, obliga al Valencia a estar muy atento a la que cae. La palabra cesión va a tener un significado. El Valencia va a tener en los grandes equipos de Inglaterra o Italia una fuente de la que beber. De hecho, las últimas llegadas a Mestalla vienen de esos países, como la de Coquelin (Arsenal), que no contaba para Wenger y que ha cuajado aquí.
Otra de las claves de los nuevos fichajes será la de futbolistas con posibilidades de hacerse un nombre. Con hambre. Se va a centrar el tiro en las ligas menores. Aquí es donde entra la figura de Pablo Longoria quien, a modo de ejemplo, firmó para el Racing a Tchité procedente del Anderlecht belga o a Smolarek del Borussia de Dortmund, adelantándose a otros equipos.
Mateu Alemany explicó que la contratación de Longoria se decía a la necesidad de optimizar el proceso de llegada de los mejores jugadores a la Academia para su ascenso al primer equipo y de identificar y fichar las mejores oportunidades de mercado, en un contexto de evolución alcista. El paso del técnico asturiano por la Juventus, donde primero fue el encargado de la caza de talentos de jugadores y equipos extranjeros, y luego coordinó esa tarea de exploración como scouting manager, favorece la llegada de jugadores menos conocidos pero con posibilidades de crecer en el Valencia por una parte, y de estar atentos a las evoluciones de los futbolistas que están llamados a destacar en los próximos años.
Además de mirar al extranjero, el Valencia no puede seguir perdiendo presencia en la Comunitat Valenciana. En los últimos años, ha habido fuga de talentos desde Paterna en dirección al FC Barcelona o al Real Madrid (desde los Rochina o Grimaldo hasta los Abel Ruiz o Víctor Chust) además de que en cuanto a la captación de jugadores valencianos se ha dado un gran paso atrás y son otras escuelas como la del Villarreal, por ejemplo, las que marcan la pauta. Años ha era impensable que un chaval de Alicante o Castelló que destacara no acabara jugando en Mestalla (desde Robert, Mendieta etcétera...), y sin embargo ahora el Valencia no tiene tanto peso y se ha creado un desarraigo que se trata de romper con los Gayà, Lato, Carlos Soler o Ferran Torres. De hecho, en los últimos meses, se ha comenzado a firmar convenios con escuelas deportivas como la de La Nucía, club que ha firmado como entrenador al exvalencianista César Ferrando.
