La ciudad central china de Guiyang, encerrada entre verdes montañas y poblada por minorías étnicas, es un lugar remoto hasta para los propios chinos, pero el fútbol rompe todas las fronteras y allí es donde juega desde el pasado año el español Mario Suárez, exjugador de equipos como el Atlético o el Valencia.

A sus 31 años, el centrocampista es una de las estrellas del Guizhou Hengfeng, equipo de la zona media en la Superliga china, y en una entrevista con Efe asegura que tanto él como su familia están bien adaptados a la vida de una ciudad "pequeña" para los estándares chinos aunque tenga cinco millones de habitantes.

"Tanto la ciudad como el club nos ponen las cosas muy fáciles, y llevamos una vida tranquila con los niños: dar paseos, ir a parques, centros comerciales..." cuenta Suárez, casado con la modelo Malena Costa.

El jugador madrileño, que llegó al equipo en junio del año pasado, a mitad de temporada, estuvo solo en los primeros meses (el segundo hijo de la pareja nació un día después de que él aterrizara en China) pero ahora la familia se ha reunido en Guiyang y eso ayuda a que Suárez se sienta más como en casa.

"La verdad es que estoy muy adaptado, y que haya un cuerpo técnico español evidentemente me lo hace mucho más fácil", reconoce el jugador.

Ese cuerpo está dirigido por otro viejo conocido de la Liga española y del Atlético, Gregorio Manzano, quien cumple ya su quinta temporada en el fútbol chino y es en parte el "culpable" de que Suárez decidiera emprender el pasado año la aventura asiática.

"Cuando estaba en la Fiorentina (2015-16) ya tuve la opción de venir a China, al Shanghai Shenhua que entonces entrenaba Manzano. Por temas personales no pude venir pero ya desde entonces tenía el gusanillo", reconoce.

"Desde los años que pasé en Mallorca con el míster (...) siempre me he sentido un poco en deuda con él, es una persona muy importante para mí más allá del fútbol, como un padre en lo deportivo", confiesa Suárez al hablar del técnico jiennense.

El centrocampista de Alcobendas es desde mediados de la pasada temporada pieza clave en un equipo que fue la revelación de 2017 (finalizó en octavo lugar en su primer año en la máxima categoría) pero que en 2018 ha protagonizado un comienzo liguero dubitativo y está antepenúltimo, tras una victoria y cuatro derrotas.

Suárez lo justifica en el hecho de que algunas piezas importantes del equipo, entre ellas él mismo, no pudieron hacer la pretemporada, y jugadores de peso como el croata Nikica Jelavic o el veterano internacional chino Du Wei han sufrido lesiones.

"Además, nos han tocado al principio rivales muy potentes, pero cuando estemos más rodados, con la experiencia y sabiduría del míster, creo que vamos a ir hacia arriba... en todo caso nuestro objetivo es la permanencia, conseguir 32 puntos, y una vez logrados intentar los más posibles", valora el jugador.

Sobre la liga china en general, defiende que está en alza: "A mí personalmente me está haciendo crecer mucho", admite Suárez, quien asegura que "el nivel del fútbol chino es más alto de lo que la gente cree y en los próximos años puede ser un torneo muy competitivo".

"No llega al nivel de las competiciones de España, Italia, Inglaterra o Alemania, quizá después estaría Francia, pero después de estas quizá esté ya la liga china", sentencia el jugador, para quien quizá lo más duro del torneo son los desplazamientos en un país tan extenso, y más desde una ciudad como Guiyang, muy alejada del resto.

Además, explica el jugador, la limitación de los clubes a solo tres extranjeros (uno menos que en temporadas anteriores) ha hecho que los clubes exijan más a los de fuera: "tenemos que rendir sí o sí, porque de lo contrario el equipo buscará otras alternativas".

Jugar en China ya ha dejado de ser como antes un retiro para jugadores veteranos, y ya hay estrellas que van de equipos chinos a las grandes ligas (fue el caso de Paulinho, fichado por el Barcelona desde el Guangzhou Evergrande) o que aun jugando en el país asiático siguen siendo convocadas en selecciones potentes, como Javier Mascherano en Argentina o Renato Augusto en Brasil.

De todos modos, Suárez, que fue tres veces internacional con la Roja, no se ve a priori en el combinado nacional: "Soy realista, sé que los jugadores que están en la selección están a un nivel altísimo y es comprensible que Lopetegui mire sobre todo a (las ligas de) Europa, con nivel más competitivo que el chino".

Suárez firmó contrato por dos años con el Guizhou (terminaría en junio de 2019, a mitad de temporada china) y en principio la idea del español es seguir en este país, ya sea en el equipo que ahora dirige Manzano o en algún otro.

"Mientras tenga la posibilidad de renovar o estar en otros equipos y mi familia esté bien, continuaré en China los años que pueda", destaca.