Lecciones de una derrota indolora. Sobre Gonçalo Manuel Ganchinho Guedes reposa la identidad del Valencia. De cara una temporada como la próxima, con el aliciente y exigencia añadidos de la Liga de Campeones, la continuidad del extremo internacional portugués se transforma como una primera necesidad para afrontar las renovadas expectativas. En los grandes escenarios es en los que el talento luce y, ayer en el Camp Nou, Guedes fue el ideólogo con el que cobraba sentido todo el plan de Marcelino García Toral. Su fichaje obliga a una ecuación financiera complejísima que afecta al resto de la planificación de la plantilla, pero casi más difícil que convencer al París Saint Germain es el reto de encontrar un sustituto que se ajuste tan bien a los postulados del 4-4-2 de Marcelino.

Ayer, a los 3:37 minutos de partido, Guedes ya había probado a Ter Stegen, al que le esperaba una tarde movidita, con un disparo desde la frontal, armando la pierna derecha con una facilidad pasmosa. El internacional portugués ha recuperado el punto de frescura física que lo convierte en un jugador desequilibrante, por mucho que comparta escenario sobre el césped con tipos como Messi o Iniesta, que ayer tuvieron que compartir foco con Guedes.

Pasádsela a Guedes, parecía el plan. Solo Jordi Alba, otro fino velocista, parecía responder al reto vertiginoso propuesto por Guedes, que contaría con otras dos opciones. En la primera, también desde la larga distancia, Ter Stegen reaccionó en dos tiempos. En la segunda se cruzó la pierna de Busquets para rechazar el tanto que se le niega en la segunda vuelta. En la segunda mitad, entre el cansancio físico y el castigo psicológico del 2-0, la efervescencia de Guedes se redujo, pero aún así se confirma que su sola presencia trasnforma a todo un colectivo. Solo hay que fijarse en la timorata presencia valencianista en el mismo estadio, hace unos meses en la Copa, respecto a la valentía exhibida ayer.

Merece la pena intentarlo. Guedes no ve con malos ojos seguir un año más al comprobar los beneficios de sentirse la estrella de un equipo quizás de un escalón mediático inferior al del PSG, en el que todo el confeti va a parar a astros como Neymar Junior. La continuidad de Guedes sería un mensaje de ambición institucional en el año del centenario.

Rodrigo rompe su idilio

El partido pareció casi un calco de la derrota valencianista en el Camp Nou en 2015, después de someter al Barça con una colección de oportunidades desperdiciadas. En el partido de ayer, entre todos los balones fallados, destacó el gol bajo palos que sacó Piqué a Rodrigo, en el inicio de la segundo mitad, justo antes del 2-0. Se rompió el particular idilio cara a puerta que el hispano-brasileño tenía frente a Ter Stegen. Ya le había batidos dos veces en Mestalla y también con la selección española, en primeros remates. Ayer, con tres intentos, no hubo suerte.