Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Análisis

El debate de la posición de Soler

De regreso a su posición natural, el canterano tuvo un acierto en el pase del 86 % y chutó cinco veces a portería

Carlos Soler fue el director de orquesta del Valencia en Balaídos. i. hernández / sd

Carlos Soler recuperó la sonrisa, de regreso a la posición en la que ha crecido y en la que es el futbolista diferencial que resucitó al Valencia en la segunda mitad de la pasada temporada.

El canterano blanquinegro, de 21 años, recogió con números formidables el testigo de la dirección del juego contra el Celta de Vigo por la sanción de Dani Parejo.

Su fútbol volvió a ser armonioso, después de una temporada en la que se recicló con acierto como extremo pero en la que ha arrastrado dos pesadas losas. La lesión en el mes de diciembre contra el Getafe, que lo mantuvo mes y medio fuera del equipo y le cortó el ritmo de competición y las deficiencias defensivas en el lateral derecho, demarcación en la que no ha habido una regularidad y que han obligado a Soler a aparcar el lucimiento individual para sacrificarse defensivamente por el colectivo.

Los números de Soler como 8 contra el Celta (su rival preferido) abren el debate sobre su posición en el campo. El jugador tuvo un 86 % de acierto en los pases realizados, un total de 43. En esos desplazamientos, no se limitó a dar pases en corto o apoyarse en los centrales. Su visión fue atacante. Solo 11 de esos pases fueron hacia atrás y 7 en horizontal, por otros 20 mirando hacia la portería de Sergio Álvarez.

Como mediocentro ofensivo, una cualidad es muy visible en Carlos Soler: su incidencia en el juego. Estuvo en contacto permanente con la pelota en la dirección del juego. Pegado a la línea de cal, sus apariciones son más esporádicas.

Con las espaldas cubiertas por un excepcional Kondogbia, el protagonismo atacante de Soler se multiplicó. Contó hasta con 5 disparos, cuatro con la derecha y uno con la izquierda, cuando como 7 apenas contabiliza llegadas. De hecho, esta temporada han bajado sus prestaciones goleadoras, así como el número de remates. De momento, no marca desde la segunda jornada, cuando batió la portería del Real Madrid en el Bernabéu. Una diferencia notable respecto al año pasado, en el que con solo medio año de titularidad había marcado en tres ocasiones: frente al Villarreal, Alavés y la recordada vaselina frente al Celta.

Resulta evidente que las condiciones de Soler se aprovechan mejor como mediocentro. El debate está en si Marcelino se replantearía su posición. La titularidad de Kondogbia y Parejo parece inmutable y se ha justificado a lo largo de esta campaña.

Tampoco parece sencillo que el técnico asturiano modifique un 4-4-2 que defiende como un dogma. En la pizarra de Marcelino pesa otro factor. Mientras que por la banda izquierda aprovecha la verticalidad de Guedes, por la derecha se gana en imprevisibilidad con la capacidad asociativa y la calidad técnica de Soler para caer al medio. Antes de lesionarse, su adaptación al costado se tradujo en cuatro asistencias en las primeras jornadas. De hecho, Soler también juega desplazado a banda en la selección sub'21.

Sin embargo, hay otros factores que podrían reubicar a Soler en su posición de origen. La próxima temporada, la exigencia de rotaciones aumentará con la participación temprana en la fase de grupos de la Liga de Campeones, objetivo que está a punto de rematar el cuadro blanquinegro.

Marcelino podría combinar a Parejo y Soler en esa demarcación teniendo en cuenta que el doble pivote se encuentra justo de efectivos por la lesión de larga duración de Francis Coquelin, que se rompió el tendón de Aquiles. Por otro lado, hay que ver cómo se moverá el club en el mercado a la hora de reforzar los extremos y la progresión de Ferran Torres, que está creciendo a pasos agigantados.

La política de ventas, con 95 millones de euros «empeñados» entre los 45 millones de beneficios obligados antes del 30 de junio, el pago de la multa de 23'6 millones de la comisión de Competencia de la Unión Europea y los 25 a pagar al Inter de Milán en la opción de compra por Kondogbia (fichaje ya pactado), serán otros de los condicionantes de cara a configurar la plantilla y saber si Soler acabará siendo un 6, un 8 o continuará como 7.

Compartir el artículo

stats