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Mateu Alemany y la oda al traspaso

Mateu Alemany y la oda al traspaso

El Valencia, que ha ejecutado a sangre fría uno de los fichajes más determinantes de los que se harán en todo el verano (la contratación definitiva de Kondogbia), se ha instalado en un estado de placer tranquilo ante el traspaso. Por fin se ha quitado sus complejitos proteccionistas y acude al bazar a puerta gayola: eh, que vendo porque quiero, no porque tenga que vender.

Del murciélago del escudo y los intentos aguerridos por retener a la última joya que poco después acabaría traspasándose, a un marco conceptual donde la venta se normaliza, donde todos pueden marcharse y aquí no ha pasado nada. El alcance de los milagros de Marcelino y Mateu aborda un nuevo episodio

De la homilía de Alemany -cada sesión hace más torticeros los silencios durante los primeros años de esta administración- lo más fascinante fue su habilidad para reconvertir una debilidad en una artimaña. Fue Alemany a la sala de prensa a «vender» que traspasar, en el escenario del juego limpio financiero, era la manera más efectiva de reinventarse. Frente al riesgo de apalancarse financieramente reteniendo desesperados a sus valores más pujantes, la visión despampanante del traspasamos y ya vemos. El impulso de la regeneración continúa. Una buena pista sobre el futuro.

Es un discurso honesto. Habría que ser muy ingenuo para pensar que un club que necesita ingresar varias decenas de millones de euros, que acaba de comprar a Kondogbia y que aspira a alguna operación de continuidad con Guedes, va a poder cerrar el verano conservando a todas sus piezas claves. Amortizado Cancelo, el mensaje buscó didáctica y restar dramatismo a los traspasos por venir.

La naturalidad ante la venta está bien. Están las competiciones llenas de equipos que crecen gracias a las ventas (el propio Liverpool evolucionó vendiendo a Coutinho), pero cuidado con el riesgo de desmantelar por completo algunas líneas sensibles como la delantera.

Se atribuye cierta fase beta al equipo que ha acabado cuarto, dando por hecho que es sencillo repetir con cualquiera umbrales goleadores como los de estos hombres de ataque. Pero vienen curvas. ¡Que viva el traspaso!

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