Queda mucho verano por delante para perfeccionar detalles, cargar músculos y rematar los fichajes necesarios, el Valencia del Centenario debutó ayer frente al Galatasaray en un amistoso en que con personalidad y entereza táctica superó sus lógicas limitaciones. El equipo de Marcelino se apuntó la primera victoria, por 1-2, con goles de Vezo y Toni Lato, en un duelo que regaló pinceladas interesantes de los fichajes Diakhaby y sobre todo Uros Racic, muy acoplado en el esquema del técnico. Para nada parece un recién llegado.

El partido en el campo universitario de Saint Leonard, sin más grada que una vieja tribuna con cubiertas de madera, tenía poco de amistoso. Enfrente había un rival que puede tocar en Champions, como el Galatasaray, que lleva acumulado más rodaje y que contaba con más de dos mil ruidosos aficionados que lograban saltar el cordón de guardaespaldas para abrazar y besar al presidente del club, Mustafa Cengiz, y al carismático técnico Fatih Terim.

En ese ambiente pasional, había ganas de ver a los nuevos jugadores valencianistas y el aliciente del debut, con solo 16 años, de Jordi Escobar, el cuarto jugador más joven en debutar de la historia del club y que dejó buenos destellos técnicos. El meta canterano Rivero salvó un balón de gol. En Diakhaby se vio buena anticipación, presencia en jugadas de estrategia y buen pie para los desplazamientos en largo. Gustó especialmente Uros Racic, que ha recibido los primeros elogios públicos de Marcelino y ayer en Friburgo se le vio personalidad, y no solo para cortar balones. Participó en la creación de juego con pases siempre ofensivos, se agradó con un regate de ruleta y buscó el remate de media distancia. Fue el único futbolista al que Marcelino no cambió en la media parte.

El Valencia fue entrando en calor, a medida que Carlos Soler, ubicado en el mediocentro, iba tomando más contacto con la pelota. Sufrió algún apuro en la primera media hora, para sujetar la habilidad de Rodriguez y la corpulencia de Gomis, a quien Jaume sacó un cabezazo picado. Todo cambió en el 35. Nacho Gil, que ya había probado varios pases, envió al espacio a la carrera de Vezo, que definió suave ante la salida de Ismail.

El paso por vestuarios renovó la alineación de un Valencia mucho más incisivo que en el primer acto. Muy pronto se vieron los resultados, con otra jugada en profundidad, esta vez por la izquierda, en un envío largo de Paulista que dejó solo a Toni Lato, que cruzó con frialdad.

El partido parecía sentenciado pero el Galatasaray puso un poco más de ardor en su juego, movido por los arranques de Soso Feghouli. En el 68, Onyekuru, delantero sacado de refresco por Fatih Terim, recortaba distancias y convertía el pequeño estadio en una Bombonera de gritos entusiastas de 2600 espectadores.