El mensaje institucional del Valencia CF con respecto a los fichajes de la próxima temporada es de tranquilidad. Ya hay cinco en el zurrón: Kondogbia, Piccini, Racic, Wass y Diakhaby. Aún así, y pese a que se han adelantado los plazos con respecto al curso pasado, a Marcelino todavía le faltan tres refuerzos.
El técnico asegura que no tiene prisa y prioriza la calidad de los futbolistas por delante de su llegada. Pero suena a estrategia. Porque anda un tanto mosca con el tema de los delanteros. No es porque no están siendo tan resolutivos de cara al gol en esta pretemporada, o que no hayan llegado ya a Paterna, sino porque no quiere que le «toquen nada» del camino avanzado. En concreto, Marcelino se refiere a Rodrigo, para el asturiano fundamental en el once, y por eso manda un claro mensaje de que quien lo quiera que pague los 120 millones de euros de su cláusula. Así de fácil.
Hasta aquí todo correcto. Pero lo bien cierto es que a Marcelino le gustaría poder ir trabajando ya con los nuevos futbolistas en esta pretemporada, sobre todo si la decisión de firmarlos y el visto bueno, como en el caso de Kevin Gameiro, ya pudieron estar resueltos semanas atrás. A Gameiro le separa delValencia CF un millón de euros que parece que no serán un obstáculo, y que no quedará la cosa como con el café que Juan Soler no quiso pagar para firmar a Cristiano Ronaldo.
Más que por una cuestión de pura preocupación por ciertas limitaciones ofensivas, el trabajo del entrenador está centrado en mejorar en defensa. Porque para poder subir un escalón el nivel competititvo, el Valencia necesita cerrar un portería y bajar entre 8 y 10 goles las cifras del curso pasado. La cifra de 30 tantos en contra es aceptable. Los últimos años en los que el Valencia CF ganó la Liga con Rafa Benítez, la cifra de goles en contra fue la misma: 27.
A día de hoy, al Valencia le faltan tres fichajes, y un cuarto opcional en función de las salidas. Sobre todo la de Simone Zaza. Es decir, dos jugadores de banda izquierda y un delantero. Porque el perfil zurdo está cojo y, pese a los esfuerzos en buscar soluciones durante esta pretemporada con futbolistas como Wass o Ferran Torres, por ejemplo, se antoja necesario un futbolista específico para esa parcela que tenga un perfil ofensivo.
Aunque resulta extraño que Marcelino no haya trabajado más con Nacho Gil o Álex Blanco. En el primero de los casos es evidente porque está descartado desde que se le cedió a la UD Las Palmas el curso pasado (nunca se le tuvo mucha fe), pero en el del segundo, es raro que no se le haya dado continuidad en el trabajo a un chaval de la cantera que promete, más y cuando la apuesta decidida del club es la de contar con futbolistas de la Academia.
Para los tres fichajes que faltan, los nombres están muy claros. Gameiro es el delantero que quiere Marcelino. Es un goleador nato. El perfil de futbolista del que adolece el Valencia CF. Un jugador de «toco y me voy» que busca muy bien tanto la espalda de los centrales como la portería rival.
Para la banda izquierda, lo ideal es contar con el desequilibrio de Gonçalo Guedes. El futbolista portugués quiere venir, porque es un jugador que ya se sabe de carrerilla lo que es el Valencia y porque con Marcelino mejorará sus prestaciones, y espera que haya acuerdo con el PSG mientras se entrena en París. El segundo hombre de banda izquierda también tiene nombre: André Gomes. Otro portugués que conoce la casa, que gusta y mucho, y que se está convencido de que triunfará en Mestalla porque si no se ha adaptado al Barça es por la propia idiosincrasia del club azulgrana.
El cuarto refuerzo estará en función de la salida de Zaza. Si el italiano, que ya sabe que Marcelino no cuenta con él, abandona Mestalla, se iría directo a por Michy Batshuayi. El delantero belga está a la espera de resolver su futuro con el Chelsea. Origi, del Liverpool, está en la recámara.
