Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Contracrónica

Coquelin, experto en tormentas

El empate, insulso en la tabla, cobra vigor por el tono final, con uno menos y con el jugador galo apareciendo para calmar otra crisis

Francis Coquelin volvió a jugar y dejó atrás una lesión de seis meses. j. m. lópez / sd

Al empate en Vila-real se le aprecia cierto sabor dulce, en otros detalles, por la reaparición de Francis Coquelin, un futbolista cuya relación con el Valencia se está convirtiendo siempre en crucial. La temporada pasada, su polivalencia táctica y su entusiasmo de ánimo inundaron de aire fresco un equipo desgastado por las bajas y los malos resultados en el bache de enero. Ya fuese como mediocentro, central o interior derecho, el nivel de Coquelin fue tan óptimo que hasta acabó con una racha personal de cuatro años sin marcar un gol. Ayer, medio año después de romperse el tendón de Aquiles, su media hora en el viejo Madrigal fue notable, con corrección táctica y sin miedo a jugarse la pierna. El fichaje reencontrado mostró más destellos que las incorporaciones de este verano, que siguen sin reivindicarse. Así es Coquelin, experto en tormentas.

Expulsión rigurosa, pero con un trasfondo de excesivas tarjetas

La entrada de Coquelin se revela también necesaria ya que aporta variantes a Marcelino para afrontar el mal momento de Dani Parejo. De la expulsión del capitán del Valencia se puede debatir el exceso de rigurosidad de Jaime Latre para juzgar una acción dura, pero en la que Parejo buscó la pelota. Pero queda un trasfondo que no se puede negar, que es la facilidad con la que el jugador de Coslada recibe tarjetas. La expulsión de ayer se suma a los tres ciclos de amonestaciones que, pese a no ser un jugador para nada violento, recibió la temporada pasada. Un problema reconocido por Marcelino y por el propio futbolista. Parejo ha destacado tanto en las estadísticas en creación de juego, kilómetros recorridos y centros al área, como también en la recuperación de balones, pero las amonestaciones que percibe en relación con las infracciones que comete revelan falta de picardía a la hora de realizar las llamadas faltas tácticas.

Su baja contra el Celta volverá a dejar a los mandos a Carlos Soler. El canterano, concentrado en tareas defensivas en la primera mitad, se soltó más en la segunda parte y, sin Parejo en el campo, asumió saques de esquina y lanzamientos de falta, una especialidad en la que no se prodiga por el respeto a los galones.

La orden de Cúper en 1999, el escalón intermedio de un empate

El punto cosechado en el Campo de la Cerámica tiene una repercusión insulsa en la anémica posición clasificatoria del Valencia, pero bien enfocado puede aprovecharse como un punto de partida: el tono valencianista en la última media hora, con un jugador menos después de la expulsión de Parejo, fue la de un conjunto creciente. No pasó por problemas defensivos a pesar de la inferioridad numérica y pisó el área del Villarreal de manera más decidida, con los contragolpes con zancada gigante de Guedes. Parece un 0-0 más. Pero también lo parecía aquel de Valladolid.

Compartir el artículo

stats