Mestalla se quedó frío al ver el remate de cabeza de Iago Aspas, cruzado, al centro desde la izquierda de Juncà. Ni en su mejor versión logra vencer el Valencia, que suma cuatro empates y una derrota en este arranque desafortunado de Liga. Mereció mucho más el Valencia tras un gran partido de Guedes, ya muy parecido al del pasado curso. Pero no cerró el encuentro el Valencia y lo pagó con otra igualada.

El ritmo altísimo del Valencia en el primer cuarto cosechó un penalti de Juncà a Wass que ni el árbitro ni el VAR acertaron a apreciar. Favoreció que el Celta abriera sus líneas para que el VCF aprovechara la velocidad punta, por fin, de Guedes. Al equipo de Marcelino le conviene no llevar la iniciativa. Se siente más cómodo sin la responsabilidad de amasar el balón.

La precisión técnica valencianista, sin embargo, se conjuró en el primer gol: el envío largo de Gayà, el control orientado de Rodrigo (una maravilla), su pase a Guedes y el de este al espacio a Batshuayi, que marcó también con la izquierda.

El VCF fue muy fuerte por el eje, al contrario que en partidos anteriors. Juntó mucho las líneas. La pareja de centrales, Garay y Murillo, era cosa seria. Y la energía desbordante de Coquelin dio el toque de corneta a la presión sobre el conjunto celeste. Todos locos por recuperar y correr.

Del resto se encargarían Rodrigo y Guedes. El primero, ayer capitán por la ausencia de Parejo, para girarse y pensar. El segundo, para quebrar la defensa contraria y servir.

El Celta siguió acumulando mucha posesión tras el descanso. Su principal amenaza iba a ser la entrada por el extremo izquierdo de Sisto, el verdugo del Levante en el Ciutat hace unas semanas.

La bicicleta de Rodrigo

Batshuayi jugó muy bien de espaldas a la portería contraria, casi siempre de primeras, facilitando el remate de Wass, por ejemplo, con el exterior. Antes Rodrigo y su patentada bicicleta rozó la diana al pasear el balón por la línea de gol. Iago Aspas se asomó al encuentro tras un gran pase de Fran Beltrán. El pie de Neto anuló inicialmente el peligro antes del disparo final desde la frontal del propio Beltrán.

El partido se había abierto y Rubén Uría, jefe del banquillo ante la expulsión de Marcelino, optó por dar entrada a Kondogbia. Batshuayi y Coquelin empezaron a dar muestras de cansancio.

Guedes, en cambio, siguió acelerando y cambiando de ritmo, frenando y arrancando, hasta ser sustituido por Cheryshev, incomprensiblemente. El cambio era Wass, que no ayudó a Piccini a tapar el centro de Juncà cabeceado impecable por Iago Aspas.