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La "rebelión" de Geoffrey Kondogbia

Una acción del jugador centroafricano cambia la tendencia errática del VCF en Anoeta y devuelve la mejor versión del equipo

El Valencia CF visitará Old Trafford con Mourinho contra las cuerdas EFE/EPA/ANDY RAIN

A Geoffrey Kondogbia le gusta acuñar sus citas en redes sociales bajo el título de «la rebelión», la manera contestataria con la que el jugador centroafricano entiende el fútbol, como una invitación a alterar el orden establecido. Bajo esa premisa insumisa, Kondogbia aseguraba tras el revés frente al Celta que era el momento de mostrar la «personalidad» de equipo grande. No bastaba con el mantra inerte de «trabajar, trabajar y trabajar». Salir del bache implicaba un factor diferencial añadido: ganar con ciertas señales de autoridad, ganar como preaviso del inconformismo inherente al relato del club, ganar para no renunciar a la «rebelión».

La temporada pasada fue una goleada frente al Málaga la que hizo «click» en el equipo, la que dejó atrás otra racha titubeante de empates y disparó al equipo a lomos del caballo desbocado de Guedes. El valencianismo ha aguantado con paciencia la llegada de esa victoria que devuelva la normalidad, que accione los resortes de un equipo grande. Ya sea por el crédito rehabilitado el curso pasado, o por el fortaleza carismática de Marcelino, la sucesión de tropiezos no abrió ninguna grieta social en Mestalla. Se creía que la primera victoria vendría por si sola, por narices, con la misma lógica otoñal de las hojas marchitas.

No empezó bien el partido, con el equipo con señales de descoordinación en forma de precipitadas patadas traducidas en tarjetas. El Valencia, renovado con rotaciones, parecía un patinador inexperto sobre el hielo. Y llegó la jugada que hizo «clic», que cambió la mentalidad, que anunció la rebelión. Kondogbia recogió el balón y su cuerpo amortiguó las embestidas de hasta tres contrarios. La arriesgada acción hizo ganar al Valencia superioridad numérica en ese ataque, abortado en falta final sobre Gameiro. La jugada no acabó en gol, pero su trascendencia fue otra, mucho más profunda. El Valencia, desde entonces, pasó a competir y a exhibir por primera vez en esta temporada galones. Kondogbia había anunciado el camino. Eh, seguidme, pareció que dijese.

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