El Valencia tiene que dar un paso adelante en los próximos partidos de Liga. Es una cuestión numérica, sumar de tres en tres, pero también futbolística. Porque el equipo de Marcelino está obligado a ser protagonista. Debe jugar más cerca de la portería rival, llegar más y con más precisión. No queda otra.

Con respecto a lo primero, el déficit de puntos, el Valencia tiene que recuperar el terreno perdido. La remontada es obligada porque sus rivales directos, como el Sevilla, se escapan en la clasificación. Tras medirse a conjuntos como el Atlético o el Barça, el calendario que viene es cuesta abajo y hay obligación de dejar de empatar por empatar.

En lo puramente futbolístico, el Valencia ha estado muy atrás. Metido en su cueva. El sistema de Marcelino, 4-4-2 con repliegue intensivo, fue debido a la imperiosa necesidad de ganar en seguridad y recuperar la confianza perdida. Y eso pasaba por cerrar la portería. Ya avisó Marcelino a principios de temporada que el objetivo era que el Valencia no encajara más de 30 goles en Liga, pero los primeros encuentros evidenciaron todo lo contrario. Por este motivo, el Valencia se metió muy atrás, como un equipo menor al que le falta grandeza.

Sin embargo, todo este repliegue intensivo en defensa, al igual que la manta de Tim, significaba que el Valencia disfrutaba de menos ocasiones y que por este motivo no se marcaban tantos goles como el año pasado. A setenta metros de la portería rival, el equipo pierde pegada aunque disfrute de jugadores de la talla de Rodrigo, Gameiro, Batshuayi o Santi Mina, que siempre han marcado.

Este entramado defensivo, muy en la línea de Héctor Cúper o Claudio Ranieri, tenía su sentido ante rivales como el Barça o el Manchester, y con Guedes en el campo. Más y cuando ni la clasificación ni los puntos acompañan. Pero, de cara a los próximos partidos, ante conjuntos de menor entidad, el Valencia está obligado a dejar colgado el repliegue intensivo y apostar por un repliegue medio un equipo más corto y estrecho, con mejora en la presión tras pérdida de balón para recuperarlo y salir con velocidad en dirección a la portería rival. Es necesario porque, además, los delanteros lo agradecerán. Ninguno de los cuatro anda fino de puntería y les urge ganar confianza.

A día de hoy, y con 8 partidos de Liga disputados, el Valencia es decimocuarto con 9 puntos. Los de Marcelino solo han logrado un triunfo, y son el segundo equipo que menos goles marca (6), por detrás del Betis (5). El capítulo de goles encajados (7), deja una diferencia de (-1) en el balance. El año pasado por estas fechas, el Valencia llevaba marcados 21 goles.

Marcelino, en una entrevista a este periódico, lo justifica asegurando que «ni lo de la pasada temporada a estas alturas era normal, ni tampoco lo que sucede esta. Todo tiende a un término medio», asegura. Ahora bien, el entrenador reconoce que es necesario aumentar la efectividad y las llegadas, pero tiene plena confianza en la calidad de sus delanteros.