Al desacierto una vez más de sus delanteros (mal Batshuayi y peor Gameiro), al VCF le faltan las dosis de fortuna para sumar su segunda victoria de la temporada. Ayer lo mereció en la segunda parte ante un Athletic inofensivo, el peor de los últimos años. Le evitó el meta Herrerín, con un paradón al cabezazo centrado de Rodrigo. Y el Valencia no escapa de la maldición del empate: diez de 13 jornadas, sumando los ocho de Liga y los dos de Champions, quedándose anclado en la parte baja de la tabla. Los fichajes de los dos atacantes (Batshuayi y Gameiro) están siendo un rotundo fracaso mientras Zaza se pudre en el banquillo del Torino.

Gayà, un gigante dentro y fuera del campo, ya es el capitán indiscutible a los 23 años ante la abstinencia de los veteranos. El lateral izquierdo de Pedreguer cerró todas las acometidas de Capa, de Susaeta y de Williams, y volvió a ser un ejemplo de compromiso con el Valencia y de análisis después del encuentro: «Debemos generar más ocasiones y hacerlo ya». Sin paños calientes ni mentiras piadosas. Ayer, tres remates entre los tres palos. Muy poco.

La falta de suerte se vio en la acción del partido: al violento remate de cabeza de Rodrigo, a cinco metros del gol, respondió Herrerín poniendo una mano muy dura para repeler el esférico. Kondogbia acudió al rechazo también de cabeza y la pelota traspasó la línea de meta, con la mala fortuna de que Gameiro, al ir a remachar sin hacerlo, molestó a Herrerín y cayó en fuera de juego.

La primera parte fue una sinfín de faltas premeditadas que ensuciaron el encuentro. El árbitro, Undiano Mallenco, lo saldó con tres amarillas para el VCF y una para el Athletic. El factor cancha sigue pesando para algunos.

La mejor ocasión de este primer tiempo fue una clamorosa de Batshuayi tras un servicio en profundidad de Coquelin: solo ante Herrerín, Batshuayi cruzó demasiado suave, quedándose en nada, a las manos de Herrerín, ni disparo ni pase a la izquierda, donde esperaba Rodrigo.

La pareja Kodogbia-Parejo dominó la medular, bien respaldados por Carlos Soler a la derecha y el siempre fiable Coquelin a la izquierda. Incluso Wass, en sustitución de Carlos Soler, entró bien en el encuentro. Atrás, Gabriel Paulista marcó la raya y apenas intervino Neto con un trabajo correcto de Vezo como lateral derecho.

Batshuayi, precedido de una fama desproporcionada cuando llegó este verano, fue a la banda en el primer tiempo a escararse con el linier para protestarle que le pitaran una falta. A Undiano no le quedó más remedio que amonestarlo. Y Marcelino se enfadó con razón. El VCF no está para regalar nada.

Pérdida de tiempo

Si en la primera parte, nadie quería perder; en la segunda los dos quisieron ganar, con más argumentos el Valencia. El Athletic llegó tan mal que Berizzo, un esteta, ya renunció a jugar como le gusta antes de empezar. Llenó el campo de patadas y escondió literalmente el balón en una ocasión para perder tiempo. El Valencia tenía más urgencia por vencer, pero Marcelino no hizo el tercer cambio (Ferran Torres se quedó calentado), tal es su desconfianza con la mejor plantilla a la que dice haber entrenado.

Aunque intermitente, Rodrigo fabricó un par de jugadas de gol. Parejo también dio la cara. En actitud, no se les puede reprochar nada. Lo que sí parece ya inevitable es apuntar el fiasco en los fichajes de los delanteros sin goles mientras uno que sí los tuvo (Zaza) fue empujado a marcharse.