El excelente bagaje de la temporada pasada concedía a Marcelino un margen para el caso hipotético de un mal inicio del Valencia esta temporada. Él y Mateo Alemany fueron los principales responsables de la confección de la plantilla y, por tanto, de la clasificación del equipo para la Champions League. Por ese éxito deportivo y por el convencimiento de que el actual método de gestión mejora notablemente -no era difícl- las torpezas de Layhoon, Neville, Jesús Vicente y compañía, el entorno está aguantando el tirón. En otras circunstancias, la tarde del Leganés Mestalla se hubiera poblado de pañuelos exigiendo responsabilidades.
Para lo que no estábamos preparados -y seguimos sin estarlo- es para que nos tomen por imbéciles. Todo el disgusto que el personal sigue rumiando entre dientes y para dentro esperando que el Valencia juegue a algo antes de Navidad va a acabar estallando por las ruedas de prensa del entrenador. Con lo fácil que sería gestionar una crisis desde el reconocimiento de que existe y el propósito de enmienda Pues nada. Llevamos varias semanas teniendo que escuchar verdaderas idioteces. Tengo la duda de si son de fabricación casera o si alguien asesora a Marcelino. Pero, sea quien sea el padre/madre de la criatura, es para bajar la persiana y dedicarse a otra cosa.
Que si la temporada pasada el equipo tiraba menos a puerta según unas estadísticas «que me han pasado», que si este año jugamos mejor, que si solo ha habido dos segundas partes malas contra Espanyol y Young Boys, que si «nunca en mi carrera me había pasado esto de empatar tanto». Lleva repitiéndolo desde el cuarto empate. Y van diez en trece partidos. Ni una lectura futbolística de las carencias del Valencia. Ni un atisbo de autocrítica, excepción hecha de la noche de autos en Berna.
Y lo más absurdo de todo. Insistir en que el equipo no está en crisis porque no pierde repetidamente. No sé cómo lo verá Mateo Alemany, que, en el fondo, es el jefe del entrenador. Pero desde luego a mí no me gusta ver a mi equipo tan cerca del descenso y tan lejos de dónde debería, que es entre los cinco primeros. Eso para mí es estar en crisis. Lo niegue Marcelino o el Sursum Corda. Empatando todo lo que queda en Liga, el Valencia acabaría la temporada con 39 puntos. Para bajar a Segunda, vamos. Eso sí, según el criterio del entrenador, descenderíamos pero sin estar en crisis.
