El Valencia ya no dispone de ningún margen de error. No se puede permitir la duda, ni siquiera pestañear. La visita del Girona, unida a la del Young Boys la próxima semana, va a decantar las aspiraciones de todo el proyecto del Centenario, un año simbólico en el que, paradójicamente, el conjunto blanquinegro aún no ha logrado vencer en su estadio. Hasta el momento, la respuesta de Mestalla ha sido de comprensión, con una generosidad sabia para saber distinguir entre una mala racha prolongada y la solidez de un proyecto que el año pasado se ganó su prestigio. No obstante, ese crédito conquistado ha ido menguando silenciosamente a base de empates hasta generar un bloqueo mental que llegó a su extremo el pasado martes, en Copa del Rey, con el considerable sufrimiento para remontar ante el Ebro, colista de Segunda B, que jugaba en inferioridad numérica y en un estadio, la Romareda, que no es el suyo.

Ante una situación de crisis, los técnicos suelen recurrir a un manual básico: hay que inculcar pocas ideas y aferrarse a ellas, sin llenar la cabeza de los jugadores de fórmulas extraordinarias. Marcelino intenta que su equipo regrese a los automatismos elementales que tanto resultado dieron el año anterior y su rueda de prensa fue un buen ejemplo. Muchos de sus mensajes, y de sus frases, fueron idénticas a las pronunciadas el lunes, antes de partir hacia Zaragoza. Por más que el fútbol no acompañe, el camino de la salvación es el mismo. «A estos jugadores no se les ha olvidado jugar al fútbol», «Las victorias llegarán, la inspiración volverá», repetía ayer con insistencia.

En la misión de «derribar el muro», el del rival y el de los miedos propios, Marcelino contará con la colaboración de Santi Mina. Las cinco semanas que el delantero gallego ha estado fuera del equipo por lesión le han descontaminado de la ansiedad que sufre el resto del grupo. Santi Mina está de vuelta, es viento fresco, una bendición como la que supuso Francis Coquelin tras seis meses ausente.

Santi Mina será titular y persiste la incógnita en torno a Gonçalo Guedes. El extremo portugués ha entrado en la convocatoria pero sus reservas físicas no están al 100%, por lo que la mejor manera de explotar su velocidad puede venir en la segunda parte, con los equipos ya cansados, además de evitar algún riesgo de recaída.

La previsión es que Ferran Torres, el otro extremo puro que queda en el once, sea titular, y así aprovechar la espalda de los laterales avanzados con los que suele jugar el Girona a domicilio, al conservar Eusebio la defensa de tres centrales que construyera Machín en el curso anterior. Carlos Soler apunta a llevar la manija en el centro, en ausencia del lesionado Parejo, junto a Kondogbia, con Coquelin o Wass en la otra banda.

El Girona no ha perdido todavía ningún partido a domicilio, con un empate incluido en el Camp Nou, pero presenta un aluvión de lesionados: el máximo goleador Stuani, Portu, Juanpe, Aday Benítez, Mojica y Douglas Luiz, además del exdelantero del Mestalla «Choco» Lozano, baja por sanción.