Si vas a jugar de manera consecutiva en el antiguo Delle Alpi y en Chamartín, en casa de dos equipos que entre los dos suman 22 finales disputadas de la Liga de Campeones, el atrevimiento es un factor decisivo para afrontar un desafío de tal magnitud. Después de su tercera victoria consecutiva, la primera con cierta claridad en el marcador y en el juego, el Valencia se enfrentará a la Juventus y al Real Madrid, al menos, liberado de ansiedad, sin que le pese tanto la cabeza. Sin pensar que ganar (aquella rutina ) pase por no perderse en un laberinto.

El pulso recuperado con los goles de Mina debe ser suficiente para no jugar con el temor al error y el consiguiente run-rún de la grada, que ha empujado hasta ahora a los jugadores a intentar asegurar en exceso cada pase, a no improvisar cuando el gol se siente cercano. Este equipo, incluso instalado en el bache, ha demostrado aguante esta campaña en citas de nivel. Atlético y Barcelona pudieron haber caído en Mestalla y en Old Trafford, solo faltó un punto de pausa para concretar cada galopada de Guedes. Solo ante el arte táctico de la Juve se vio a un Valencia limitado en una gran cita.

debate cerrado

Los «goles invisibles» de Rodrigo Moreno

? A Marcelino se le preguntó el viernes por el promedio goleador de Rodrigo Moreno en esta temporada. Un gol en 1.200 minutos, un promedio lo suficientemente raquítico para, sobre el papel, criticar y hasta casi sentenciar la labor del delantero hispano-brasileño, la principal estrella del equipo junto con Guedes. Marcelino relató entonces la importancia decisiva de Rodrigo «hasta cuando no marca». Por la manera en la que facilita el juego en las zonas de transición, por sus giros, por sus desmarques... en definitiva por un fútbol «invisible» que no aparece en las estadísticas más golosas, pero que ayuda a ganar partidos como el de ayer. Dos asistencias, en el primer gol (con peinada intuitiva) y en el tercero, y en el segundo luchó un balón perdido para provocar el córner que desembocó en el segundo de Mina.

El goleador

Santi Mina amplía su definición futbolística

Los goles de Santi Mina no se parecen tanto a los del año pasado. Comparten la misma perseverancia para encontrar la más mínima grieta, pero hablan de un futbolista con una descripción más amplia, no confinada al simple oportunismo carente de otras virtudes. Sus movimientos han mejorado y también su confianza para perfilar el remate. El primer gol fue una muestra de definición con clase, digna de un jugador que con trabajo se ha ganado el honor de ser el primer espada. También para ser considerada la pieza más cotizada para aliviar las nuevas urgencias económicas del club, con 40 millones previstos en traspasos a los que hay que sumar los 24 de la Unión Europea y otros 20, como mínimo, que se han presupuestado pero que se dejarían de ingresar si el equipo no pasa a octavos de final de la Liga de Campeones.

compromiso

El ejemplo de Guedes y los liderazgos emergentes

Guedes marchó a entrenar nada más bajar del avión tras haberse concentrado con Portugal. El compromiso del extremo portugués, pese a su cartel de estrella, se muestra en detalles así, o en la insistencia durante el verano para volver a Mestalla y dejar la jaula de oro del PSG. Además, está jugando con una molestia dolorosa, como es la del pubis, y cada partido es el jugador que más faltas recibe. En un grupo joven, el mal inicio ha curtido la piel y el carácter del equipo, al punto de emerger liderazgos naturales, como el de Coquelin o Gabriel, tipos con alma de gladiadores.

Nuevo escenario

El VAR trastoca la banda sonora de un partido

No solo en las celebraciones con efecto retardado el VAR ha matizado el fútbol. El estadio cambia también en esos segundos que transcurren hasta que un árbitro recibe por el pinganillo la contraorden. Ayer Mestalla presionó durante tres minutos para que se reconsiderar un agarrón sobre Rodrigo, para que los decibelios llegasen a la habitación cerrada con decenas de televisores donde se analizan las jugadas.