Ni Valencia ni Real Madrid jugarían la próxima temporada la Liga de Campeones si el presente campeonato finalizara hoy. Los dos equipos miden hoy fuerzas hoy en el Santiago Bernabéu separados por solo tres puntos, en el desierto de la clasificación y tras un recorrido inicial muy irregular, cada uno a su estilo. Mientras que el Real Madrid marca y encaja muchos goles (20 a favor, 19 en contra), el Valencia no tiene puntería pero ha enladrillado la portería de Neto Murara (11 a favor y 9 en contra). No estará Rodrigo Moreno, que todavía arrastra las molestias que lo apartaron de la segunda parte frente a la Juventus. Sí estará Garay, restablecido de un hematoma en la pierna. En su ausencia, Diakhaby se reivindicó y le desafía la titularidad esta noche.

Marcelino García Toral rescató ayer argumentos para pensar que el Valencia puede pescar un resultado positivo en el feudo de la Castellana, por mucho que el regusto de la eliminación de la Liga de Campeones pese y sea amargo. La trayectoria valencianista de las últimas semanas, con victorias frente al Getafe, Young Boys y Rayo Vallecano muestran a un equipo muy difícil de batir, que ha abandonado el bloqueo mental inducido por dos meses de empates consecutivos y que empieza a recuperar la confianza.

Enfrente, un Madrid que con Santiago Solari no ha cambiado el libreto táctico (sigue con el 4-3-3), pero sí que ha invertido la tendencia derrotista que condenó a Lopetegui. Curiosamente, el técnico argentino solventó los encuentros en los que se decidía si prolongaba su provisionalidad en el banquillo y, una vez ratificado para dos temporadas más, llegó el sonoro tropiezo en Eibar (3-0). A juicio de Marcelino, los madridistas no han cambiado en exceso: es un bloque irregular pero con un talento individual descomunal que siempre le convierte en favorito. Un aparente desorden que Solari ha combatido con alusiones constantes a la testiculina: «Hay que jugar con cojones», ha descrito más de una vez. Contra esos impulsos, el Valencia quiere imponer su sentido obrero de orden y solidaridad.

Otra de las dudas de la alineación es la presencia de Carlos Soler. Su suplencia en Turín, cuando era uno de los futbolistas más en forma, no ha sido entendida por un amplio sector de la grada y la crítica, que ya no compartió que el canterano empezase el duelo de Old Trafford frente al Manchester United también desde el banquillo. En el Allianz Stadium quedaron patentes los problemas físicos que arrastra Geoffrey Kondogbia. Francis Coquelin, impecable y muy necesario, ha acumulado muchos minutos tras volver de su grave lesión. Parejo parece indiscutible para el técnico. Y el dolor que sufre Guedes por culpa del pubis, que hasta le cambia la forma de esprintar, no se soluciona con descanso. Un rompecabezas para Marcelino, que necesita esta campaña un primer triunfo de prestigio.