Sin pronunciar la palabra «crisis», Marcelino García Toral reconoce su existencia. Así se detecta de sus gestos, de la selección léxica empleada, de la duración generosa de las respuestas (ayer de hasta seis minutos) y de la vehemencia empleada. El técnico confesó que su joven equipo está «muy jodido» y que necesita del calor de los aficionados. Sobre todo para encarar una semana «vital» con la visita del Sevilla, rival directo a diez puntos.

«¿Hay que flagelarnos? No. ¡Dale fuerte, más, más, dale fuerte!», exponía con pasión Marcelino, golpeando la mesa de la sala de prensa de la ciudad deportiva. El preparador insistió en que el equipo tiene capacidad y no debe bajar los brazos: «¿Tenemos ocasiones claras? sí, pues vamos a tener más porque el gol llegará. Hay que insistir, ir durante los 90 minutos desde el inicio, eso es lo que tenemos que mejorar. La concreción en las áreas deciden los resultados, nosotros somos muy eficaces en la nuestra y no en la contraria como demuestran los datos. Tenemos que tener presente que jugábamos contra el Madrid en su campo, es así. Autocrítica sí, ¿Estamos satisfechos? No. Estamos muy jodidos, pero hay que levantarse y tener ambición. ¡Vete, vamos! Solo así se cambian las dinámicas».

El partido contra el Sevilla pasa a ser una final decisiva para el Valencia. La trascendencia del partido del sábado es total: «Está claro que es un partido vital, muy importante a nivel de clasificación y moral para los futbolistas, para el entrenador, para el club, para su afición, para todos. Contra el Madrid competimos de tú a tú y pudimos empatar el partido, hicimos 45 minutos buenos en la segunda mitad, ese es el camino. Si jugamos así los 90 minutos contra el Sevilla estamos seguros que podemos ganar y entre todos lo vamos a ganar».