Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Se busca liderazgo a tres bandas

En el momento de mayor crisis, Marcelino debe encontrar alternativas futbolísticas más allá del hieratismo táctico y el recurso de un castigado Guedes - Se deben acertar fichajes y Murthy ha de frenar un protagonismo que solivianta a la grada

Se busca liderazgo a tres bandas

Perdido en un laberinto cada vez más lóbrego, el Valencia debe responder de forma inmediata a una doble crisis, deportiva e institucional. Banquillo y palco necesitan soluciones y una demostración de liderazgo y buena gestión. En las manos de Marcelino García Toral está la llave para hacer evolucionar a un equipo bloqueado en su previsibilidad futbolística, sin gol y con sus principales referentes diezmados físicamente.

En el otro lado de la balanza, el presidente Anil Murthy debe reciclar su formación diplomática para calmar su enfrentamiento con un sector de la grada, cada vez más amplio. Una división agitada en buena parte por el propio dirigente singapurense. A pesar de su escaso margen de actuación ejecutivo, en un club en el que las decisiones relevantes recaen en Mateu Alemany, Murthy ha logrado incendiar su única parcela poderosa: la representatividad e imagen del inversor Peter Lim. Murthy, al estilo Donald Trump, bromeaba en privado en la pretemporada sobre la incidencia que tendría su cuenta de Twitter, abierta en 2011 pero en uso real desde este verano. Ya sea para anunciar negociaciones de fichajes o lanzar críticas públicas, su carácter impulsivo no es frenado por asesores o cargos intermedios, en un contexto de nerviosismo interno con el despido de más de una docena de empleados en todas las áreas desde que asumiera la presidencia hace año y medio.

El protagonismo de Murthy ya alteró el año pasado un clima social adormecido, con varios editoriales publicados en la página web del club. Una maniobra con una incidencia mínima porque, a diferencia de esta campaña, la situación deportiva era idílica. Las entrevistas concedidas antes de la Junta y un tuit a medianoche tras el empate contra el Sevilla, aludiendo de nuevo a buenos y malos aficionados, han dejado más tocada su imagen.

En el césped, Marcelino ha chocado una y otra vez con el mismo muro. Las limitaciones físicas de Gonçalo Guedes han desactivado gran parte del potencial ofensivo del Valencia y han convertido el 4-4-2 del técnico en una fórmula sin chispa, previsible. Urge un plan B que pasa, necesariamente, por retoques tácticos o aprovechar la capacidad potencial de otros jugadores en distintas demarcaciones, como puede ser el caso de Carlos Soler. La reacción también debe ser anímica. En un grupo muy joven (la segunda media de edad más baja de LaLiga), la crisis de resultados ha encogido el empuje de un equipo con pánico al error, lo que le hace caer en una actitud conservadora, como se vio en el Santiago Bernabéu. Frente al Madrid, a pesar de las súplicas desde la banda de Marcelino, el Valencia no avanzaba líneas.

Acierto en fichajes de invierno

fichajes de inviernoLa carambola se debe completar en la secretaría técnica. Resulta obvia la necesidad de reforzarse en el mercado de invierno, sobre todo para paliar la alarmante falta de puntería y para fortalecer el lateral derecho. Marcelino quiere una plantilla corta por lo que deberán salir efectivos. Murillo tiene cartel en Italia y se piensa en resolver el contrato de cesión de Michy Batshuayi con el Chelsea. El club, como informó la 97.7 Radio Levante, ha tanteado el préstamo de Cédric Bakambú, conocido por Marcelino y que estará tres meses parado en el Beijing Sinobo Guoan, pero el elevado sueldo del delantero congoleño frena la operación.

La mala racha deportiva ha revelado la fragilidad del proyecto institucional. Si la pelota no entra y el equipo no responde, el club no dispone del incentivo económico de la Liga de Campeones (un mínimo de 40 millones) y se derrumba la ecuación para absorber deuda, consistente en el dinero de la máxima competición continental y en las ventas selectivas de una plantilla cotizada.

Compartir el artículo

stats