El Valencia necesitaba una victoria como esta. Y no solo por los 2,7 millones de beneficio y por ser cabeza de serie en el sorteo de la Liga Europa. Sino por la reactivación anímica de un grupo atormentando en las últimas semanas y, en particular, algunos jugadores como Piccini, aliviado en su actuación más sólida desde su fichaje por el VCF Sirvió también para medir a jugadores incipientes como Carlos Soler ante adversarios tan cotizados y experimentados. Y sí, les pasó por encima. Tampoco le vino mal a Kondogbia, cerca de su mejor versión, con los enormes réditos que eso supone para el equipo. El Manchester reservó a algunos de sus futbolistas, pero sigue siendo una plantilla de estrellas, desaprovechadas por la racanería de Mourinho. Nadie, ni siquiera el Manchester, regala 2,7 millones. Solo el gol postrero de Rashford inquietó a Mestalla. Y el remate pifiado de Mata que pudo haber aguado la victoria más plácida del VCF. El conjunto de Marcelino ha sido superior al United en la ida y en la vuelta; le condena a la Liga Europa su mal partido en Berna ante el Young Boys. Una pena.

El ecuatoriano Valencia, en otro tiempo un veloz lateral derecho, se ha convertido en un leñero sin escrúpulos. Repartió en la ida y esta vez, capitán de Mourinho, se encargó de Lato con una entrada criminal. Fue un milagro que no le rompiera la tibia. Una vergüenza que no fuera expulsado.

Un excelente pase de Piccini a Santi Mina abrió las puertas del gol. El centro del gallego lo rechazó la defensa y ahí llegaba Carlos Soler a mostrar sus condiciones técnicas: a mostrar sus condiciones técnicas control exquisito y disparo cruzado con el empeine derecho. ¡Qué jugadorazo es Carlos Soler! ¡Cuánto aplomo con tan solo 21 años! ¡Qué serenidad en los peores momentos!

El acierto de Piccini le liberó definitivamente. Y formó una productiva sociedad con Soler. Un centro combado del italiano dejó solo a Batshuayi para marcar desde la línea del área pequeña. La torpeza fue infinita por parte del delantero belga, que cabeceó con el hombro.

Parejo necesita a Kondogbia a su lado. Crece varios palmos. Y hace jugar a todos los demás. Como en la magnífica primera parte de ayer. El VCF jugó con la tranquilidad ausente en los últimos partidos. Esperaba las acometidas de un United venido a menos pero con grandes futbolistas, y salía con criterio, sobre todo por la banda derecha. Allí se juntaron Piccini, Carlos Soler y Santi Mina. Tampoco faltó fluidez en el otro flanco, donde Toni Lato y Cheryshev sumaron puntos para seguir confiando en ellos. La buena onda alcanzó incluso a Batshuayi, con más voluntad que acierto, eso sí. La defensa también funcionó con un Vezo vivo en la anticipación y un Diakhaby que empieza a consolidarse.

«Yo no he sido»

Michy Batshuayi decía que no con el dedo a Manolo Mas, quien le atribuía desde megafonía el segundo gol. Tenía razón: en la pugna de Michy con Jones, el central inglés envió el balón hacia su portería tratando de despejar. Los compañeros, conscientes del autogol, corrieron igualmente a abrazar a Batshuayi, que debe ser un tipo querido en el vestuario independientemente de su bajo rendimiento. El gol, en todo caso, vino precedido de un sutil envío con el exterior de Carlos Soler, que seguía su exhibición.

El ambiente ya era festivo en Mestalla cuando Lato hubo de abandonar el campo por el hachazo de Valencia. Solo al final reaccionó el United. Antes, entraron Ferran y Rodrigo, y Santi Mina se llevó una merecidísima ovación. Batshuayi se vino arriba e intentó una rabona fallida abucheada por la festiva grada que ya cantaba «La manta al coll». Mestalla no permite al belga todavía ninguna frivolidad. No se lo ha ganado. El VCF sí se ha ganado un respiro para viajar a Ipurua. Ojalá sea un punto de inflexión.