Antes que nada, Mario, ¿cómo estás después de la operación de corazón?

Si no anduviera bien de salud, el motor andaría jodidillo.

Cuando yo llegué al VCF

Cuando uno llega a un país, a una ciudad nueva, compañeros nuevos, no es nada fácil. Tuve unos compañeros espectaculares que me mimaron, y el que llevaba la batuta a pesar de ser más joven que nosotros era Ricardo (Arias). Cada vez que llegaba uno de afuera, él se acercaba y era el embajador-jugador del VCF. La primera impresión de la gente del Valencia hacia mí no fue nada buena porque el primer partido del trofeo Naranja no estuve bien y el segundo menos, porque perdimos. La gente empezó a murmurar, porque bajaba del avión y me metía en la cancha en aquel cuadrangular. Pero gracias a Dios fue un pequeño mal sueño y me desperté.

Después volteaste esas opiniones. Todos estamos muy orgulloso de haber jugado contigo, con el mejor jugador de la historia del club. Cuando yo estaba haciendo el servicio militar, que jugamos contra el Girona la Copa del Rey, tú ganaste la Copa del Rey contra el Real Madrid

Antes de todo quiero decir que un jugador solo no hace la historia de un club. Todos participan de ella. Todos los que han vestido una camiseta tan importante como el Valencia han participado de esa historia. Mi paso por el VCF fue espectacular gracias a todos los compañeros que tuve. Lo mismo que me pasó en la selección argentina: solo no podría haber hecho nada. Si no, hubiera sido boxeador. Siempre tuve compañeros que te pegaban un grito o te hacían reaccionar. Aparte de que el VCF, cuando yo llegué, ya había salido campeón de Liga hasta que llegó la única final que tuvimos a mano, la Copa, que llegó con urgencia porque hacía años que no ganaba nada. Y encima la jugábamos en Madrid, en cancha del Atlético y contra el campeón de Liga. El VCF era un club copero, aunque nosotros éramos recién llegados, pero se nos dio la oportunidad de hacer daño. Agarramos un Madrid que venía de festejo, jugamos muy bien ese partido e hicimos que la Copa volara hacia València.

Y los dos goles con la derecha.

¡Cómo estaría el fútbol en esos momentos para que yo hiciera los dos goles con la derecha! Eso nos dio la oportunidad para que Carrete levantara la Copa.

Mario, me acuerdo de que me decías: 'Subi, que voy de blanco, mirà la elástica', cuando no te la pasaba, pero algún pase bueno sí te di, ¿no?

La camada que subió después, Pablo, vos y algunos muchachos más, hicieron que el VCF fuera más fuerte. En la final de la Recopa (contra el Arsenal, en Heysel, 5-4 en los penaltis), ustedes disfrutaron, el que pasó frío ahí arriba fui yo. Porque Alfredo (Di Stéfano) me dijo: 'vos tenés que quedarte ahí, y quieto, y que los otros disfruten'.

La Recopa fueron partidos como el de Glasgow, que debuté yo y triunfó Pablo,un partidazo, eliminamos al Barça, al Nantes (un gol tuyo no se me va nunca de la cabeza: un balón largo y tú, con un toque, sin dejar caer, lo colocaste con el interior por arriba del portero). Quería preguntarte por un trío, Rep-Diarte-Kempes, que valdría hoy...

Fíjate que Ramos Costa, el presidente, quería hacer una revolución en el fútbol español con el Valencia. E hizo un gran equipo. Lo que pasa es que la mentalidad del hincha en esa época era ganarle al Barça, al Madrid, y la temporada está hecha. Y no era así. Era la gran confusión nuestra. Esa delantera era muy muy fuerte. Y atrás teníamos a Tirapu, a Ángel y a Saureta, que trabajaban para que no nos desgastáramos. Holanda-Paraguay y Argentina, ya me dirás qué teníamos que ver. Al Lobo ya lo conocían del Zaragoza, a Jonny también porque era su segundo año, y yo llegaba como se dice en Argentina como «Peludo regalo». El único que me conocía era Pasieguito. Si hubiésemos trabajado más en equipo, haber tenido más presión para sentirnos más obligados, podríamos haber ganado la Liga. No sé porqué regla de cuatro nos tiramos directamente a por la Copa.

Había muy buen ambiente en la plantilla. Cuando empezaba a salir con mi novia, nos íbamos a cenar con las parejas con Morena, con Felman, con Ricardo... muy diferente a lo de ahora.

A pesar de que existía esa ideología del extranjero, gaucho, indio, que nos llamaban, pero era una minoría. En el equipo nunca hubo envidias, en el València siempre se manejó muy bien el grupo pese a entrenadores de distintos estilos.

En humildad, el que más nos enseñaste fuiste tú, porque venías de ser campeón del mundo y máximo goleador (1978) y nos tratabas como si no lo fueras. Siempre fuiste muy buen compañero. El entrenador de aquella Recopa fue Alfredo Di Stéfano, a quien quiero mucho. No sé si tú tuviste algo con él sobre todo por la final de la Recopa.

Lo tuve en Valencia y después lo tuve en River. Dijeron que yo lo había echado del VCF, cuando yo con Alfredo me llevaba de maravilla, a parte de que la familia de él vivía arriba de Puçol y nos veíamos siempre. Pero en aquella época todo lo malo que pasaba en el VCF era culpa mía.

Y lo bueno también.

A Alfredo no le gustaba perder ni cuando jugaba con nosotros y hacía de «referee» (árbitro), cobraba todo para su lado. Se divertía. Quería ganar a toda costa y en su época de jugador el Madrid jugaba siempre bien. A lo mejor, en nuestra época, el VCF no podía jugar siempre bien para ganar. No le importaba cómo jugabas, le importaba ganar.

Jugamos un amistoso en Buenos Aires contra la selección juvenil argentina, y me diste un gol cantado (1-1). Estuvimos con Maradona, con quien tuviste una rivalidad.

Con Diego compartimos Mundial del 82 y después el Mundialito de Uruguay. Cada uno en su época fuimos los mejores. Comencé yo, con el 10, ganando el Mundial de Argentina, yo, y después Diego en el 86 con la 10, y ahora Messi también con el 10. Siempre ha habido grandes jugadores, pero Argentina ha sido un país muy envidioso que viene ahora a decir que Messi es peor que Diego porque no ganó un Mundial, una ridiculez. Ha habido algunas declaraciones suyas del tema de Venezuela que no me gustaron (mi familia es de Venezuela), y tuvimos un encontronazo. No somos amigos, hemos sido compañeros.

Dejando la mala experiencia de la lesión de hombro ante el Carl Zeiss Jena, quiero que hables de un hombre importante para ti y para mí, Pasieguito.

Lo conocimos como director deportivo, como entrenador, como asesor... siempre estaba vestido de la misma manera (se compraba cinco camisas y zapatos iguales)... no era muy hablador, llegó a Argentina conociéndome por una revista. Llegó a Rosario y no fue a verme sino a contratarme con los ojos cerrados. Me conocía por las clasificaciones de El Gráfico. Se la jugó, al igual que Ramos Costa. En los tres primeros partidos se agarraban la cabeza y mi viejo les decía: 'Esperen, que va a mejorar'. Y fue así. Pasieguito fue otro de los padres que tuve. Él se la jugó por mí y yo lo pude compensar más tarde.

¡Qué ojo tuvo!

En esa época no había videos y él, por las crónicas...

Serías amigo del periodista...

Aparte, yo jugaba en interior, en Rosario o en Córdoba, y la revista era de Buenos Aires y las tapas eran para Boca y River...

¿Qué recuerdas de la final de la Supercopa contra el Nottinhgam? Allí perdimos 2-1 (Felman), y aquí ganamos 1-0 (Morena).

Hay tres partidos que no recuerdo absolutamente nada: el partido de la Recopa ante el Nantes...

Pues marcaste dos goles impresionantes ante el Nantes.

Y los del Nottingham tampoco recuerdo nada. Es como si me se me hubiese hecho una laguna. Veo los goles, pero de esos tres partidos no me acuerdo de nada.

Allí ellos apretaron, pero marcó Felman, y en el de vuelta, en un partido igualado, Morena marcó después de un tiro de Saura al larguero. Es normal que te olvides de los goles porque marcaste muchos. Yo tampoco recuerdo la final de la Recopa. Solo que no paramos de correr, correr y al final ganamos.

Subi, nos daremos un abrazo en el partido del Centenario (el 23 de marzo). Dentro de la cancha vamos a estar, pero para saludar, eh, no para jugar. Voy a volver a Mestalla con pantalón largo.

Solo con que saludes ya estaremos contentos de que estés con nosotros.